Por Catalina González Salazar
A sólo cinco días de las elecciones presidenciales en Argentina, el triunfo de Cristina Fernández se da como un hecho y podría obtener la mayoría más amplia en 30 años. Sin embargo, la última semana de campaña estará marcada por las críticas a su gestión y los candidatos opositores ya apuntan sus dardos al kirchnerismo.
“El modelo K está agotado, no da respuestas a la gente. Se ven muchos números económicos pero pocos vinculados a lo social”, aseguró ayer el candidato del Frente Amplio Progresista y segundo en las encuestas, Hermes Binner.
Binner ha intentando cambiar su estrategia de confrontación con los rivales hacia una polarización de la discusión con la presidenta. “Somos los únicos que podemos correr por izquierda al mercado” ha manifestado.
Mañana será el cierre de la campaña de Fernández en el teatro Coliseo donde estará acompañada del ministro de economía, Amado Boudou y todos los candidatos a diputados y senadores. El oficialismo aspira también a lograr el predominio en el Congreso, obteniendo entre 129 y 134 diputados, de 257, y entre 37 y 38 puestos de los 72 en el Senado.
“Es una realidad indiscutible la recuperación de la imagen que ha tenido (Fernández) y claramente abre una nueva etapa en el sentido de reagrupamientos que se van a dar dentro del peronismo; la victoria acelera un reordenamiento político bastante importante no sólo en el oficialismo sino también en la oposición”, aseguró a DF el director de un centro de estudios políticos que pidió reserva de su nombre.
Los datos indican que la actual mandataria podría alcanzar incluso 58% de las preferencias, versus alrededor de 15% de Binner.
“La oposición ha quedado muy desarticulada. También va a impactar el resultado final que saque Cristina, sabemos que gana pero va a ser importante por cuánto (...) la oposición en un principio va a tener que atravesar un período de menor exposición hasta que se sepa quiénes se quedan y quiénes se pasan al otro bando”, advirtió el experto.
Cambios en el gabinete
Uno de los temas que ha formado parte del debate ha sido la economía argentina. De hecho, el futuro del modelo ya estaría provocando divisiones en el kirchnerismo, con Boudou planteando la posibilidad de pedir ayuda externa si la crisis se agrava y los más políticos promoviendo las fuentes internas.
“Si hay más oxígeno tendrá espacio Hernán Lorenzino que es el sucesor natural de Boudou. Si la situación nos acorrala habrá más espacio para los más duros, tal vez Marcó del Pont. De cualquier manera está claro que no va a haber una figura de peso en el ministerio de economía, es un sello del kirchnerismo y que se va a mantener”, agregó.
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