Internacional

La recuperación de Europa se complica por los dispares avances de las reformas

Mientras Madrid y Lisboa han adoptado diversas medidas, Roma y París no han aplicado los cambios necesarios.

Por: Por Constanza Morales H. | Publicado: Lunes 10 de febrero de 2014 a las 05:00 hrs.
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Cuando la crisis en la zona euro estalló hace casi cuatro años, la troika –el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional– planteó como solución dos medidas: aplicar una rigurosa austeridad fiscal e implementar reformas económicas.

Si bien no existe consenso sobre la efectividad de los recortes en medio de severas contracciones en la actividad, sí está claro que las transformaciones estructurales en los países aproblemados serán clave para sostener la prosperidad de la región en el futuro.

Un estudio publicado el mes pasado por la Comisión Europea y citado por el periódico Financial Times reveló que sin estos profundos cambios, los estándares de calidad de vida en el bloque monetario en comparación a los de Estados Unidos serán menores en 2023 que lo que eran en la década de los ’60. Por el contrario, si la zona aprueba proyectos para hacer sus mercados más competitivos, los ingresos nacionales podrían aumentar hasta 6% en cinco años, con las economías más débiles disfrutando alzas incluso mayores.

El problema es que existe una división en el centro-sur de Europa entre los países que sí han implementado las medidas requeridas y los que no han mostrado voluntad política para impulsar sus economías. Mientras España y Portugal han destacado por aplicar diversas reformas, Italia y Francia se han quedado prácticamente de brazos cruzados.

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Francia: medidas más audaces

Si bien la situación de Francia no ha sido tan crítica como la de sus colegas del sur del continente, últimamente la segunda economía del euro ha mostrado signos de fatiga y de falta de competitividad.

Las exportaciones galas han tenido un peor desempeño que los envíos de Alemania y España por un buen tiempo, pero ahora incluso Italia anota un mejor registro, según Berenberg Bank. Los índices de gerente de compra han caído por debajo de los de Grecia.

El presidente François Hollande impulsó dos reformas laborales modestas a principios de 2013 y el presupuesto de este año al fin depende más de los recortes en el gasto que del alza de los impuestos, pero estas medidas no son suficientes para detener la caída francesa. Para restaurar su competitividad, el país debe liberalizar más el mercado laboral, elevar la competencia en los mercados de productos y servicios, reformar las pensiones y reducir el gasto, según el FMI y la Comisión Europea.

España: Cambios ya dan resultados

Es posible que España sea el mejor ejemplo sobre el efecto que pueden tener sobre la economía las reformas estructurales.

Mariano Rajoy asumió el poder a fines de 2011 con un programa que prometía realizar diversos cambios para impulsar a la cuarta mayor economía del bloque. El líder del Partido Popular se puede jactar de haber modificado el mercado laboral para flexibilizar las normas de contratación y de despido y para liberalizar la fijación de los sueldos.

A los pocos meses de haber recibido el rescate para el sector bancario, Rajoy adoptó a fines de 2012 una agresiva agenda para limpiar y recapitalizar a la industria.

El año pasado, el gobierno visó las transformaciones en educación y dio los primeros pasos para reformar el marco institucional de los sistemas regulatorios y de competencia. Además, se aprobaron iniciativas para desregular el comercio y los servicios.

En diciembre, el Parlamento aprobó la reforma al sistema de pensiones.

Todos estos proyectos han estado acompañados de una fuerte consolidación fiscal. Estas medidas permitieron que el país volviera a crecer en el tercer trimestre de 2013 tras dos años en recesión.

Italia: parálisis política y reformista

Cuando Mario Monti se convirtió en primer ministro de Italia en noviembre de 2011, muchos creyeron que este tecnócrata impulsaría los cambios que el país necesitaba. En su breve período de doce meses, Monti logró aprobar una modesta reforma al mercado laboral y otras medidas estructurales, pero, según Christian Schulz, economista senior de Berenberg Bank, éstas no fueron lo suficientemente lejos para estimular el crecimiento de tendencia por sobre 1%.

La parálisis política que se vivió tras su renuncia impidió una profundización de las transformaciones a largo plazo.

A pesar de que Italia tiene una mejor posición fiscal que España y Portugal, la nación está quedando rezagada frente a sus vecinos ibéricos en términos de la velocidad de la recuperación y del avance en el mercado laboral.

Según el FMI y la OCDE, la tercera economía de la zona euro no sólo debe reformar el sistema de empleos, sino que también debe controlar el gasto y la deuda pública –sólo es superada por la de Grecia–, reducir la burocracia y mejorar el ambiente para los negocios, fortalecer los balances de la banca y reformular el sistema judicial.

Portugal: privatización ha sido clave

Tal como su vecino, Portugal se ha apegado a las condiciones del rescate de la troika y ha aplicado distintas medidas para promover la competitividad doméstica.

En un artículo publicado en el sitio web del Ministerio de Finanzas de Alemania, Vítor Gaspar, ex jefe de los dineros públicos de Lisboa, detalló que entre 2010 y 2013 la balanza estructural primaria se había ajustado en cerca de 6 puntos porcentuales del PIB y que en los dos años a 2012 el gasto público nominal había retrocedido 14%, es decir, casi 13 mil millones de euros.

La revisión del código laboral hace dos años contribuyó a una mayor flexibilidad en el mercado laboral. Otro avance significativo se produjo en el mercado de productos, donde se redujeron los sectores protegidos y se liberalizaron los mercados de energía y gas. También se modificó el sistema judicial.

Sin embargo, el elemento insignia de la agenda reformatoria lusa es el programa de privatización.

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