¿Basta con arrepentirse? El camino que deberá seguir EEUU si decide reintegrarse al TPP

“Si hiciéramos un trato sustancialmente mejor, estaría abierto al TPP”, dijo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump a fines de enero en una entrevista, dejando entrever la posibilidad de reintegrarse al bloque que él mismo decidió abandonar en enero de 2017.

Sin embargo, ahora el panorama es distinto. Los otros 11 países miembros continuaron con las negociaciones que culminarán con la firma de un nuevo acuerdo en Santiago el próximo 8 de marzo y, más allá de las declaraciones de Trump, el gobierno estadounidense hasta ahora no ha hecho una solicitud formal para retomar el acuerdo original o sumarse al nuevo tratado.

De confirmar oficialmente su intención de volver a integrar el bloque, el país del norte deberá esperar a que el tratado entre en vigencia para iniciar conversaciones, como explica el jefe negociador del TPP para Chile, Felipe Lopeandía. “Integrarse al TPP11 es prácticamente imposible, estamos a un mes de la firma. Pienso más bien en un proceso de adhesión una vez que este acuerdo entre en vigor”, dice.

Lopeandía aclara que el TPP tiene un esquema de integración con una clara vocación de ir aumentando su membresía hacia el futuro, por lo que tanto Estados Unidos u otras economías de la zona “por supuesto serán bienvenidas”, para lo cual deberán seguir los procedimientos contemplados en las normas de adhesión del acuerdo. Agrega que los 11 países que hoy forman el bloque siempre han esperado que Estados Unidos se reincorpore , ya que fue un motor fundamental en el TPP original.

La diferencia es que si decide participar del TPP11, Estados Unidos deberá sentarse a negociar con los países del bloque y definir de qué manera quisiera incorporarse en el tratado. Esto, porque algunas de las disposiciones del TPP original que había sido impulsadas, entre otros ,por Estados Unidos -especialmente en el área de propiedad intelectual-, quedaron sin aplicación en el nuevo texto.

¿Hay posibilidades de revivir el TPP original? Eventualmente Estados Unidos podría hacerlo, pero de igual forma requiere de conversaciones con las economías restantes, pero tal situación se ve difícil desde el punto de vista político y jurídico para Lopeandía, quien resalta que todas estas conclusiones son especulativas mientras el gigante norteamericano no formalice su intensión de volver al bloque.

“Lo importante es actuar sobre elementos concretos, que Estados Unidos manifieste claramente su intensión de regresar a este tratado y bajo que términos y condiciones, y eso hasta hoy no ha ocurrido”, puntualiza. Uno de los propósitos de que la nueva negociación avanzara lo más rápido posible, agrega, fue enviar una señal a EEUU de que el acuerdo seguía vivo pese a su salida, que sería firmado por los países restantes y que “claramente muchas de las ventajas que había obtenido Estados Unidos no las va a poder gozar por la decisión tomada por su gobierno” y así pudiera reconsiderarla en algún momento.

¿Vigente en 2018?

El nuevo TPP podría ver pronto la luz, ya que -a diferencia del tratado original- los requisitos para su entrada en vigencia son mucho más simples: la única condición que debe cumplir es que al menos seis países lo ratifiquen en sus respectivos Congresos. Y el entusiasmo de los países miembros es evidente, lo que queda manifiesto al cerrar una negociación que tenía complejidades en menos de un año.

“Estamos dando una señal política muy potente al sistema de comercio internacional que está pasando por un momento difícil, con mucha incertidumbre. En ese sentido, el ánimo es de intentar poder cumplir con los procedimientos internos lo más rápido posible”, dice Lopeandía, tomando en cuenta que los tiempos legislativos son distintos entre los miembros, pero subraya que la decisión es activar los procedimientos durante este año.

En el caso particular de Chile, la aprobación dependerá de los tiempos legislativos del nuevo gobierno de Sebastián Piñera, para quien el TPP no es ajeno ya que se negoció durante los cuatro años de su primer gobierno. “Las nuevas autoridades deberán evaluar cuál es el mejor momento para enviar el tratado al Congreso”, ratifica.