Los últimos días del presidente de la Asociación de AFP, Rodrigo Pérez, han sido intensos. Tras el anuncio de la reforma previsional por parte de la presidenta Michelle Bachelet, ha sostenido reuniones con distintas autoridades y espera hacer lo mismo próximamente con el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés.

El ejecutivo destaca la apertura al diálogo del gobierno y el hecho de que el diagnóstico común es la necesidad de mejorar las pensiones y el funcionamiento del sistema, más allá de factores ideológicos.

-¿Qué le parece el tono de lo que ya es una reforma y no sólo cambios normativos?

-Claro, ya no es una hoja de ruta, sino una reforma. Lo que destacaría son las declaraciones del ministro de Hacienda, en el sentido que estamos ante cambios importantes y hay que hacerlos bien. El gobierno está dispuesto a recibir propuestas y a introducir cambios, y aquí el objetivo es mejorar las pensiones y el funcionamiento del sistema de AFP.

-Pero también está la llamada falta de legitimidad. A su juicio, ¿eso se refiere a que nació durante el régimen militar, o a lo bajas de las pensiones?

-El corazón de todo ese tema es la demanda de la ciudadanía por mejores pensiones. El sistema ha funcionado bien para todo un grupo con buena historia laboral, pero que no es la de la mayoría, porque mucha gente enfrenta una realidad laboral difícil; eso no es porque quieran, sino porque transitan desde el contrato, a honorarios, o a la informalidad, evasión; se suman las mayores expectativas de vida, una realidad laboral difícil para las mujeres…

-¿Entonces ya no pesa políticamente que su origen sea el régimen militar?

-Sinceramente, creo que con dos reformas a cuestas, ya es irrelevante que las AFP hayan nacido en el régimen militar. Han sido dos modificaciones muy importantes, una durante el gobierno del presidente Ricardo Lagos y otra en el primer gobierno de la presidenta Bachelet, y fueron cambios sustantivos: creación de los multifondos, licitaciones de cartera, el Pilar Solidario, en el régimen de inversión... que tenga su origen en el año 81, ya 30 años después, no es muy relevante.

-¿Qué le parece la irrupción de José Piñera en el debate?

-Todo el mundo tiene derecho a opinar, y el timing que una persona decida para expresar su opinión no es algo que a nosotras nos competa. Todos tienen derecho a expresar su visión. El gobierno verá a quiénes convoca para estas mesas de trabajo, y me imagino que irán a recoger opiniones diversas. Ellos tienen la facultad de proponer los cambios, así que ellos deciden quién va a participar en el debate.

Tasa de reemplazo

-En una columna Paul Krugman destaca los resultados del sistema en base a un estudio de 2014 que dice que la tasa de reemplazo es del 80%.

-Eso es correcto, depende de cuántos sean los años que se cotizan. La tasa de reemplazo de alguien con buena historia laboral es muy alta.

-Pero es al menos confuso hacer un estudio con quienes son minoría.

-La tasa de reemplazo se mide como el porcentaje que representa la jubilación sobre un ingreso promedio de años, entonces dependiendo de cómo se mida, las tasas son efectivamente altas para quienes han cotizado. Además, el Pilar Solidario es progresivo; las tasas de reemplazo para quienes tienen rentas bajas, son muy altas.

-Pero hablamos de montos bajos.

-La tasa de reemplazo no significa que el monto de la pensión sea suficientemente bueno, sino cómo es la pensión respecto de los ingresos de las personas. Si la persona recibe ingresos bajos, tendrá una pensión baja. No corresponde medir a las AFP por la tasa de reemplazo sino por la rentabilidad de los fondos.

"Las AFP no ganan más con eso, son sólo mayores costos"

Una de las propuestas del gobierno es el alza del 5% en la cotización, con cargo al empleador. Según explica Rodrigo Pérez, esa medida -con la que siempre han estado de acuerdo- permitiría abordar en cierta manera el aumento de las expectativas de vida, aunque advierte que es importante que una proporción significativa de ese incremento vaya a la cuenta individual del trabajador. "Hay una gran cantidad de chilenos, de clase media, que no reciben beneficios del Estado, y que enfrentan el mismo desafío de mayores expectativas de vida, dificultades laborales...entonces tenemos que hacer esos cambios porque si no tendremos un problema con las pensiones de la clase media", afirma.

Agrega que no es correcto creer que este incremento beneficiará a las AFP. "Las AFP no ganan más con eso, son sólo mayores costos, a las administradoras no les conviene".

Explica que tendrán que destinar más dinero al encaje, además de que administrarán un fondo más grande, pero manteniendo la misma comisión, es decir, se sigue cobrando sobre un mismo sueldo.

"Todas las administradoras están de acuerdo en asumir ese aumento en la cotización y de asumir los costos que esto involucra. Todos sin excepción", puntualiza.