Minería

Argentina y Bolivia definen al litio como prioridad y amenazan liderazgo de Chile en mercado

Nuestro país es el mayor exportador del mineral, aunque la agenda pro inversión de Argentina y plan de industrialización de Bolivia podrían cambiar el mapa.

Por: Jimena Catrón S. | Publicado: Lunes 22 de agosto de 2016 a las 04:00 hrs.
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La promesa del impulso que recibiría el precio del litio gracias a la masificación de los autos eléctricos comenzó a cumplirse, con la inversión de US$ 5.000 millones en la gigafactory de baterías de Tesla Motors, en Nevada, EEUU.

Ahora, considerando desde 2010, el precio internacional del llamado “oro blanco” se ha quintuplicado, manteniéndose como uno de los pocos commodities que ha superado el denominado fin del “superciclo” de las materias primas, que ha hundido al cobre casi 14% en estos últimos ocho meses.

Y Chile, que posee más del 50% de las reservas conocidas en el mundo del mineral, iba a ser uno de los grandes beneficiados. De hecho, a principios de año la comisión presidencial encargada de entregar los lineamientos para generar una “política del litio”, entregó su informe final a La Moneda, para que luego, entre varias medidas, se definiera el reglamento que iba a regir a las empresas que explotaran este commodity definido como activo estratégico del Estado.

Para las compañías interesadas en invertir en nuestro país, la importancia de éste radica en que al no existir uno vigente, son miles las distintas áreas que podrían ser normadas, señala un ejecutivo del sector. “¿Pagará royalty, de cuánto será, tendremos que tener como socio al Estado o no?, y eso es sólo para comenzar”, dice, agregando que según ha trascendido en la industria, la fecha de publicación por parte del Ministerio de Minería ha sido postergada varias veces, siendo el último plazo conocido diciembre de este año, o a más tardar, marzo próximo.

A esto se suman dos señales que llamaron la atención: la primera son las declaraciones del vicepresidente de Corfo, Eduardo Bitran, quien afirmó que la compra que hizo la canadiense Wealth Minerals de pertenencias en el Salar de Atacama eran de una zona “periférica marginal, que no tiene un potencial económico en opinión de nuestros expertos”.

Esto porque no fueron recibidas precisamente como una invitación a invertir en la industria. La segunda, fue el hecho que la comisión investigadora del mercado de la Cámara de Diputados solicitó al gobierno que rechace el contrato especial de operación de litio (CEOL) que planea firmar la empresa privada Salar Blanco. Esto, para asegurar que Codelco explote de manera exclusiva el litio en el Salar de Maricunga.

Los planes vecinos

El problema, comentan desde el sector, es que mientras se define el marco básico en el cual operarán las compañías, Argentina y Bolivia avanzan a paso acelerado.

En el caso del primero, con el cambio de gobierno y la llegada de Mauricio Macri, se ha puesto como prioridad atraer nuevamente a los inversionistas extranjeros.

De hecho, a fines de la semana pasada, se anunció que cuando se realice el Primer Foro de Inversión y Negocios de la Argentina –entre el 12 y 15 de septiembre-, se presentarán posibilidades de inversión por

US$ 15.000 millones para minería de litio, oro, cobre y otras extracciones.

Sin embargo, la mayor amenaza y que podría traducirse en que Chile deje de ser el mayor exportador del mundo, se encuentra en el enorme Salar de Uyuni, en el altiplano boliviano, y que es la mayor reserva del mundo, con 64.000 millones de toneladas de sal.

El presidente Evo Morales tiene altas expectativas en su explotación, ya que es uno de los pilares del Plan de Desarrollo Económico y Social 2016-2020, que se espera reduzca la extrema pobreza desde el 17,3% registrado en 2014, hasta 9,5% en 2020.

Por ello es que desde la industria estiman que el ex líder cocalero se abrirá a la idea de explotar el mineral con un socio extranjero, ya que actualmente el 100% de las reservas están en manos del Estado.

“De acá al poco tiempo vamos a tener la industria más grande de litio en nuestro país, y Bolivia decidirá el precio del litio; de baterías de litio para todo el mundo”, dijo en abril pasado.

Para ello, se impulsa actualmente la industrialización del mineral, la cual permitió que el 11 de agosto fueran exportadas desde una fábrica piloto las primeras diez toneladas de carbonato de litio desde ese salar.

Según las estimaciones oficiales, ese país comenzará a producir cerca de 50.000 toneladas de carbonato de litio a escala industrial, grado batería, desde el último trimestre de 2018.

Los avances tecnológicos que podrían amenazar demanda global de litio

Se estima que, anualmente, el mayor uso de baterías de litio impulsa entre 10% y 15% anualmente la demanda mundial.

En Chile la falta de un reglamento para su explotación se traduce en que sólo dos empresas puedan explotar el commodity gracias las concesiones que mantienen tienen más de 30 años: Rockwood, filial de la estadounidense Albermarle que posee 33% del mercado, y SQM que tiene aproximadamente un 25% de participación.

Sin embargo, el desarrollo de nuevas tecnologías amenaza con reducir la necesidad por este mineral no metálico.

Por ejemplo, un equipo de graduados de Massachusetts Institute of Technology (MIT) se unió para crear las primeras baterías recargables de litio para artículos electrónicos.

De hecho, se espera que en noviembre la empresa que fundaron, SolidEnergy Systems, lanzará sus primeras baterías al mercado masivo. Y pese a que en un principio servirán específicamente para drones, la compañía espera lograr en el corto plazo el desarrollo suficiente como para que tengan un uso más amplio, como teléfonos, smartphones, cámaras, hasta llegar a los autos eléctricos.

Por otro lado, las universidades de Harvard, Princeton, el mismo MIT y otras que integran la llamada Ivy League trabajan intensamente para lograr que el hidrógeno, considerado como la fuente de energía más barata, limpia y eficiente del mundo, pueda ser almacenada en un dispositivo del tamaño de una batería.
El almacenamiento se ha convertido en el gran desafío para las principales casas de estudio de EEUU, que buscan eliminar las fuentes emisoras de dióxido de carbono.

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