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Buffett celebra 50 años en Berkshire con un regalo para los inversionistas

Publicará una edición especial “bodas de oro” que incluirá tres cartas.

Por: Stephen Foley | Publicado: Viernes 6 de febrero de 2015 a las 04:00 hrs.
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Quienes esperan la carta anual de Warren Buffett, recibirán este año tres por el precio de una. El fundador de Berkshire Hathaway lanzará una edición especial "bodas de oro"' para celebra sus 50 años como máximo accionista de la compañía.

Buffett y su socio, Charlie Munger, están redactando por separado su visión sobre la trayectoria de Berkshire en las últimas cinco décadas y lo que esperan de las próximas cinco. Ninguno va a modificar ni una sola coma de lo que está escribiendo el otro. Los lectores podrán comparar así los dos conjuntos de reflexiones y predicciones, además de la carta anual regular.

Al escribir sobre el próximo medio siglo, los dos inversionistas, que en conjunto suman 175 años, intentarán dar forma al futuro de Berkshire –y sus propios legados– en medio de un intenso debate sobre cómo se verá esta inusual compañía una vez que ellos ya no estén.

Ellos compraron una empresa textil en ruinas en Nueva Inglaterra y la convirtieron en uno de los vehículos de inversión más exitosos de la historia, mediante una combinación de adquisiciones en seguros y otros sectores, e inversiones de cartera y accionarias en íconos como Coca-Cola, McDonald's y American Express. Durante la última generación, a medida que los accionistas de otras compañías exigían focalizarse en el negocio central, Berkshire sólo ha seguido diversificándose cada vez más.

Hoy, tras agregar varias compañías eléctricas, uno de los principales grupos ferroviarios de Estados Unidos y el 50% de Heinz, es probablemente uno de los conglomerados más diversificados del mundo y seguramente el mayor. Con un valor de mercado de US$ 358.000 millones, es más grande que General Electric.

Las misivas de Buffett, que se publican generalmente a fines de febrero y tienen cerca de 30 páginas, están llenas de sabiduría inversora, pasajes pedagógicos y chistes. Los administradores de fondos, jefes de private equity y directores ejecutivos más exitosos del mundo las leen tan vorazmente como un accionista pequeño o estudiante de negocios.

Sin embargo, quizás el mayor rol de la carta es ser el pegamento que mantiene unido a Berkshire, los fundamentos filosóficos de una confusa compañía.

El mapa de ruta de Buffett, 84 años, y Munger, 91 años, para los próximos 50 años se añade al manual del accionista que Buffett escribió en 1996 con quince principios, como la promesa de buscar negocios sólidos y conservarlos, en lugar de perseguir ganancias trimestrales e inflar el portafolio. También incluía la cultura de gestión de Berkshire, que permite que los jefes de las filiales dirijan su propio espectáculo sin interferencias de la sede central de Omaha, en la que trabajan 25 personas.

En las cartas anuales se hacen llamados en contra del pago de dividendos o la deuda excesiva, algo que los sucesores de Buffett no podrán ignorar y que pueden usar como respuesta a los de afuera que piden cambios.

"Nadie que le sustituya tendrá la credibilidad o autoridad de Buffett", dice Larry Cunningham, autor de una antología de las tradicionales cartas. "Los textos, normas y principios serán muy útiles para su sucesor, le harán más fuerte".

Bajo su actual estructura, Berkshire puede invertir el dinero de sus negocios operativos y las primas de sus compañías de seguros, dándole así una gran ventaja financiera sobre otros grupos. Jay Gelb, analista de Barclays que sigue a la compañía, calcula que Berkshire tiene un excedente de liquidez de US$ 25 mil millones para gastar en adquisiciones.

"Él está tratando de poner todas las piezas en el tablero para que el próximo CEO no necesite tomar ninguna decisión excesivamente desafiante", declara Gelb.

Si el futuro Berkshire no es vendido por partes y sigue creciendo y diversificándose, la pregunta es si la pequeña sede central actual podrá seguir haciéndose cargo. Buffett ha asegurado que su puesto se dividirá entre al menos tres personas. Habrá un presidente, su hijo Howard, un CEO y uno o más directores de inversión.

Bruce Greenwald, profesor de la Escuela de Negocios de Columbia cree que la "gente confía en Buffett como experto en todas las industrias pero no confiaría así en nadie más. Su sucesor no tendrá la misma credibilidad". En su libro Berkshire Beyond Buffett, plantea que la compañía debe agrupar las filiales y nombrar hasta diez presidentes de divisiones que actúen como un nuevo estrato de gestión. Berkshire ya ha empezado a agrupar los resultados de sus filiales bajo cinco cabeceras: seguros; ferrocarril; servicios y energía; manufactura; servicios y comercio minorista, y finanzas y productos financieros.

Mientras, las acciones de Berkshire han llegado a las bodas de oro en máximos históricos. Subieron más de 25% en 2014, en parte porque la compañía está más orientada a la mejora de la economía estadounidense que otras de su tamaño, que tienden a ser multinacionales.

Con Buffett en aparente buena salud, la transición a la nueva gestión no es un problema inmediato pero encabeza la lista de riesgos de los analistas e incluso los mayores inversionistas del mundo están fascinados por su futuro.

Cuando Buffett ya no esté, quedarán las cartas. Y si el mensaje de las misivas perdura, también podría hacerlo Berkshire Hathaway.

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