Colegios municipales de Ñuñoa y ranking PSU 2015
Erich pencer Profesor Adjunto Departamento de Administración, Facultad de Economía y Negocios, U. de Chile
Analizando la PSU 2015 vemos que los mejores resultados corresponden nuevamente a estudiantes de colegios particulares pagados y no habría mucho más que agregar. Razones puede haber muchas, como la calidad de los profesores, presupuesto, inspiración filosófica, infraestructura, etc., pero a la postre, ninguno por sí solo, es capaz de explicar este resultado.
En la práctica, lo que realmente hace la diferencia es la gestión, pues los recursos no se “mandan solos” y existen formas de asignarlos mejores que otras y que, como métodos, son transferibles y aplicables a distintos tipos de entidades (educacionales), públicas o privadas, con o sin fines de lucro.
Revisemos qué pasó en los establecimientos municipales. Entre los 30 primeros (en PSU promedio) Cinco son de Ñuñoa. Cuatro están entre los 15 mejores y el Liceo Augusto D’Halmar, aparece en el 1er lugar, superando incluso al Instituto Nacional. ¿Por qué estos liceos, de una típica comuna de clase media, lograron tan buenos resultados? ¿Un plan especial del Mineduc? ¿Más recursos?
Habiendo sido varios años director de la Corporación de Ed. y Salud de Ñuñoa y parte del equipo de la FEN de la U. de Chile que propuso e implementó un programa de capacitación para directores de colegios, en ejercicio y potenciales, me atrevo a decir que aun existiendo otros factores que ciertamente afectan, lo que realmente estaría explicando este buen rendimiento es también la gestión.
Desde hace más de una década –gracias a la visión del ex alcalde P. Sabat y a la experiencia de Mario Gómez, ex –decano de la FEN, quien en su calidad de vicepresidente ejecutivo de la Corporación fue el gran conductor de este proceso- se diseñó e implementó un nuevo modelo de gestión para los liceos de Ñuñoa, basado en tres pilares: 1) capacitación en gestión a los directores de liceos, los responsables de liderar y administrar los colegios, pues ser buen profesor puede ser una condición necesaria, pero no suficiente. 2) Empoderamiento de los directores para que tomen decisiones en materias relevantes para los resultados de su organización y eviten costos, burocracia e ineptitud por una excesiva centralización de las directrices. Y 3) Incentivos a profesores a través de mecanismos motivacionales que orienten y premien el buen desempeño.
¿Podemos entonces asegurar la calidad con un mejor sistema de gestión y los mismos recursos asignados para ello?
La respuesta está a la vista y explorar esta experiencia me parece clave para lograrlo.