La necesaria tecnologización de la minería nacional
Patrick Hall Socio de Strategy & Operation de Deloitte
Luego de un 2016 difícil para la minería nacional, donde muchos actores realizaron diferentes prácticas para alcanzar un mayor nivel de eficiencia, entramos al año 2017 con nuevos desafíos en este ámbito, los que sin duda requieren de más innovación y nuevas capacidades.
Uno de los caminos que están tomando muchas mineras en Chile y el mundo, debido a la creciente presión por la eficiencia de costos y por la baja de la ley del mineral en las principales faenas, va de la mano de plataformas que ayudan a captar sinergias y fuentes de productividad, denominadas Centros Integrados de Operaciones. Éstos apuntan -a través de la digitalización y visualización de información- a gestionar la cadena de operación completa, desde la extracción, pasando por la planta de procesos, hasta el transporte a puerto.
Al “sensorizar” cada eslabón de la cadena productiva y generar data valiosa de cada uno de los procesos, se abre un mundo de posibilidades tanto en eficiencia de procesos individuales como en la optimización de la cadena completa, al generar mejores modelos de decisión, integrados, predictivos e inclusivos, automatizados, incorporándole una mayor inteligencia al negocio, lo que redunda en la toma de decisiones más informadas y rápidas con una visualización completa y en vivo de los impactos.
Asimismo, un monitoreo más fino de condiciones vía sensores en los equipamientos fijos y móviles, permite reducir la variabilidad de los procesos, con intervalos de control más frecuentes y toma de decisión automatizada para intervenir y optimizar directamente las variables de control.
Finalmente, estos centros son una plataforma natural para la “remotización” de operaciones, asegurando mayor nivel de concentración y productividad de los trabajadores y mayores niveles de seguridad en la operación, alejando a los trabajadores de las zonas de mayor riesgo.
Es importante destacar que gracias a la democratización de algunas tecnologías, la implementación de este tipo de soluciones resulta mucho más barata que hace 5 o 10 años.
El desafío para todos los actores del mercado, está en abrazar las nuevas tecnologías, que les permiten ser más productivos en eras de baja ley, como son el análisis big data, el modelamiento predictivo, machine learning, y las tecnologías de gestión remota, automatizada y/o asistida. Si bien estos cambios implican grandes retos en cuanto a nuevas formas de gestión y cambio conductual, la industria nacional debe entender que el cambio se está dando en el mundo y que más temprano que tarde alcanzará a nuestro país, y si no es a través de los grandes grupos mineros, llegará de la mano de nuevos entrantes con modelos de negocio disruptivos.