Mercado del gas natural: soluciones sostenibles y de largo plazo

ANA MARÍA MONTOYA

El Ministerio de Energía, luego de un estudio realizado por la Fiscalía Nacional Económica (FNE) en el mercado del gas, constató que los incentivos que generaban las regulaciones y cómo los oferentes las van adaptando o interpretándola a su beneficio, pueden generar ineficiencias que afectan a los consumidores.

Por lo anterior, se formó un comité que me tocó presidir y que analizó el funcionamiento del mercado del Gas Natural (GN) en nuestro país de tal forma de que los cambios que de allí surgieran, tuvieran como foco soluciones de largo plazo.

“Se esperaría que las discusiones se centren en el objetivo final de un cambio regulatorio y en generar las transiciones que se requieren y no en respuestas rápidas y populistas”.

En el mercado del gas natural en Chile, existen dos tipos de regulaciones: en Magallanes se considera un monopolio natural, por lo cual se tarifica con el modelo de una empresa eficiente que en cada proceso parte desde cero. En otras zonas del país, las firmas de GN pueden fijar libremente sus precios con la existencia de un chequeo de rentabilidad como alerta al ejercicio de poder de mercado y falta de competencia y, si esto ocurre, deben pasar a un proceso de fijación tarifaria.

Las conclusiones a las que llegamos en el comité son relevantes. En primer lugar, se identificó que el modelo de empresa modelo eficiente para tarificar tiene falencias. Ello debido a que se asume una empresa ficticia que parte desde cero, sin considerar que la empresa real tiene activos invertidos y que sus inversiones se harán sobre infraestructura existente. Se reconoció que esto genera discusiones absurdas que pueden terminar beneficiando a las firmas en desmedro de los consumidores, no generando incentivos para que se realicen las inversiones que se requieren debido a que no existe certeza de que serán reconocidas. El comité sugirió utilizar un modelo de empresa real eficientada, tal como se usa en distintos países del mundo.

En cuanto al chequeo de rentabilidad, este es un mecanismo que no sirve para la finalidad que fue definida. En algunos casos puede permitir tarifas elevadas y, en otro, inhibir inversiones. La existencia de bienes sustitutos es muy relevante para determinar el grado de competencia y para que disciplinen las políticas de precios y condiciones en que se prestarán los servicios. Sin embargo, en este chequeo se incluye para el cálculo de la rentabilidad a clientes con distintos grados de intensidad competitiva: residenciales, comerciales e industriales, con lo cual difícilmente se puede concluir qué efectos ha tenido en cuanto a poder de mercado en cada uno de estos.

Se constata que es un mercado en que una adecuada regulación podría imprimir más competencia en esta industria. La experiencia internacional muestra que la entrada de terceros oferentes de GN, que utilizan la infraestructura existente con una adecuada regulación de tarifas/peajes, acceso y límites a la integración vertical, tanto en terminales, regasificación, transporte como en distribución, podría ser instrumental para cumplir con este objetivo. Con estas sugerencias, se esperaría que las discusiones se centren entonces en el objetivo final de un cambio regulatorio y en generar las transiciones que se requieren y no en respuestas rápidas y populistas que finalmente solo deslegitiman tanto a las empresas como a los reguladores.