Columnistas

Reforma a las herencias

Matías Aránguiz, Coordinador Fintech, programa derecho, ciencia y tecnología UC,

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Se ha puesto mucho esfuerzo por parte de algunos políticos en replantearse la herencia como institución. Si bien repensar las instituciones es clave para el desarrollo de nuestros países, es necesario hacer el ejercicio desde el punto de vista financiero y social.

El problema no es que pocos hereden mucho, sino que muchos heredan poco. Formar una masa hereditaria es la clave para que las familias vayan generando y acumulando riqueza para así, con el tiempo, salir de la pobreza. En la práctica, se puede acumular riqueza mediante el ahorro y mediante la adquisición de activos, siendo el más común la compra de viviendas. Sin embargo, para la gran mayoría de los chilenos es muy difícil.

Veamos.

En octubre pasado, la Cámara Chilena de la Construcción publicó un informe dodne, relacionando precios de propiedades e ingresos familiares, nuestro país estaría dentro de los más caros para comprar inmuebles. Este hecho se suma al IVA aplicado a las viviendas desde 2015, la poca inclusión financiera, el bajo acceso a crédito, la burocracia y los altos costos bancarios, dificultando para muchos el acceso a una propiedad.

Una regulación poco meditada e inorgánica está forzando a la mayoría de las familias a arrendar para tener dónde vivir. Considerando que los precios en el mercado de propiedades se ajustan por oferta y demanda, y la oferta de propiedades se mantiene fija a mediano plazo, el constante aumento de la demanda por propiedades ha generado un alza en los precios. Esta demanda está compuesta principalmente por inversionistas, quienes se benefician de la apreciación de los inmuebles.

Esto es interesante, tomando en consideración que el Banco Central señaló recientemente que "el principal componente de la deuda de los hogares son los préstamos bancarios hipotecarios", llegando el total de la deuda al 75% del ingreso disponible. Es decir, los chilenos tenemos una gran deuda en vivienda, pero poco acceso a ella. Adicionalmente, la CChC adivirtió que, dada la estructura de mercado del país y los resultados del Índice de Acceso a la Vivienda, los créditos hipotecarios debieran otorgarse a 45 años (lo que hoy no existe).

Por otro lado, en Chile se ahorra poco. El 40,5% de los chilenos no ahorran, siendo la principal razón que no les alcanza el dinero para hacerlo. Si pensamos en la disponibilidad de instrumentos financieros, tampoco existen muchas alternativas seguras de inversión. De hecho,hoy es posible encontrar depósitos en UF que tienen una tasa del 0% (!) y todavía nos hace falta una estructura regulatoria que incentive Fintech para avanzar en banca digital y criptoactivos.

En referencia al bajo acceso a inmuebles e instrumentos financieros, el académico de la escuela de Negocio de Michigan, C. K. Prahalad, decía que los pobres pagan más por los mismos beneficios que personas con mayor renta: alimentos, vivienda, salud, etc. A esto lo llamó la "penalidad de la pobreza", idea que se encuentra muy relacionada con la inclusión financiera.

Una estructura de mercado que permita capitalizar en viviendas y ahorros a toda la población, que permita crear riqueza con el tiempo y su transmisión a las nuevas generaciones, es clave para el desarrollo de los países. Si solo unos pocos pueden transmitir riqueza a sus sucesores, la herencia es un beneficio de pocos; esto es un problema estructural que se debe atacar desde su génesis.

No por que unos pocos hereden menos el país va a crecer. Pero si la mayoría hereda más, o al menos hereda un poco, todos vamos a construir un mejor mañana.

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