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Columnistas

Riesgo en inversiones

IgnacioSilva Socio de Vicapital

Por: Equipo DF

Publicado: Miércoles 21 de octubre de 2015 a las 04:00 hrs.

En inversiones, existe una relación inalterable entre riesgo y retorno. Mientras mayor es el riesgo asumido, más alto es el retorno que los inversionistas demandan. Pero, ¿cómo medimos el riesgo asumido? La teoría financiera nos indica que éste se define como la volatilidad o fluctuación de una inversión. A los inversionistas lo que realmente nos preocupa, sin embargo, es la posibilidad de tener una pérdida permanente de nuestra inversión. La volatilidad es temporal por definición, y aquellas personas pacientes que pueden soportar fluctuaciones no tendrán problemas. Por el contrario, es imposible recuperar una pérdida permanente de capital.

El problema al definir el riesgo de esta forma es que no es fácilmente medible, como sí lo es la volatilidad. Lo que nos queda entonces es asumir la incertidumbre y tratar de descifrar un rango de probabilidades para los resultados futuros. Aquellos inversionistas capaces de visualizar regularmente este rango de probabilidades, pueden identificar oportunidades en que la potencial ganancia excede el riesgo asumido, y obtener buenos retornos.

Muchas veces el mayor riesgo es la percepción de que no hay riesgo alguno, y viceversa. Cuando todos perciben que una inversión no lo tiene, generalmente suben los precios de los activos hasta un punto en que son extremadamente riesgosos. Mirando en retrospectiva, podemos pensar en los años previos a la crisis financiera en Estados Unidos, cuando muchas personas compraban viviendas pensando que los precios nunca iban a bajar. Sabemos el desenlace de esa historia.

Por otra parte, cuando todos estiman que algo es riesgoso y nadie quiere comprar, los precios llegan a niveles en que la inversión se vuelve poco riesgosa. Esto muchas veces suena contraintuitivo; sin embargo, activos de gran calidad pueden ser muy riesgosos y activos de baja calidad pueden ser seguros. Todo depende del precio que se pague por ellos. Claramente, el desafío es encontrar el correcto precio que equilibra la ecuación.

En la coyuntura actual, los países desarrollados atraen las mayores preferencias de los inversionistas hoy en día y su precio así lo refleja. Al contrario, podríamos decir que las acciones de mercados emergentes, Latinoamérica y Chile, se empiezan a parecer a aquellos activos que nadie quiere comprar y presentan bajas valorizaciones. No cabe duda de que los fundamentales de estas regiones están deteriorados con la desaceleración de China y el fin del ciclo de los commodities; sin embargo, debemos estar atentos a aquellos niveles de precio que hagan atractiva esta inversión.

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