Fortalecimiento de la aplicación de la regla fiscal

Uno de los avances institucionales más relevantes de los últimos años, cuando las reformas estructurales de décadas pasadas ya estaban maduras, ha sido el establecimiento de la regla de balance fiscal estructural, reforma aplaudida por todos los sectores y que asienta la reputación macroeconómica del país.

Vigente desde hace una década, con altibajos la regla fiscal ha probado ser un instrumento esencial para definir un marco conocido dentro del cual se mueve el sector fiscal. Si bien en circunstancias excepcionales o al fragor de escaramuzas políticas ha habido espacios de polémica, lo cierto que la noción conceptual que la inspira es valorada. De ahí que los últimos perfeccionamientos propuestos por la llamada Comisión Corbo, brindan una oportunidad excepcional par blindar esta regla.

La figura de un consejo asesor autónomo establecido por ley que audite la política fiscal, cuyos tres integrantes serían nominados de manera similar que los del Banco Central, promete representar un paso relevante en la dirección correcta. Lo mismo ocurre con la idea de potenciar la capacidad contracíclica de la regla, siempre dentro de márgenes conocidos y sin coartar los espacios de movimiento del fisco en situaciones excepcionales.