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Editorial

Política fiscal y crecimiento

Por: Equipo DF

Publicado: Lunes 5 de octubre de 2015 a las 04:00 hrs.

La Ley de Presupuestos 2016 apunta sin duda a que el próximo año habrá un menor impulso proveniente de la política fiscal. En efecto, si consideramos el aumento del déficit fiscal efectivo como medida del impulso fiscal, este año aumentaría en casi dos puntos del PIB, mientras que en 2016 el aumento del déficit sería muy moderado.

¿Es negativo en términos de actividad económica este presupuesto más restrictivo? La respuesta es no, al menos desde una perspectiva de mediano plazo, y probablemente también de corto plazo. La principal contribución que puede hacer la política fiscal al desarrollo desde el punto de vista macroeconómico es mantener la sostenibilidad fiscal, como lo demuestran en forma clara las recientes experiencias del sur de Europa. Por ende, haber perseverado en 2016 en una política expansiva, más que contribuir al crecimiento, habría tenido el efecto contrario. De hecho, en pro de este objetivo de mediano plazo, habría sido deseable una mayor moderación aún del gasto público. Si a pesar de este menor ritmo de expansión fiscal tendremos un déficit efectivo superior a 3% del PIB, un mayor aumento del gasto habría afectado muy negativamente el riesgo país y generado presiones alcistas en la inflación y las tasas de interés, dañando la necesaria recuperación de la actividad privada.

El desafío de mayor responsabilidad fiscal se mantendrá también hacia adelante, considerando la alta probabilidad de una reducción de los parámetros estructurales. Esto significa que el presupuesto de 2017 deberá ser también restrictivo, desafío complejo en un año electoral.

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