Banco Mundial modera su panorama para el PIB de Chile en 2022 y 2023, y lo deja bajo el promedio regional

Ya es un hecho que este será un año de desaceleración respecto al inédito crecimiento de 2021 para la economía chilena, pero son cada vez más quienes anticipan que la expansión del Producto Interno Bruto (PIB) este 2022 ni siquiera llegará al 2%. Es el caso del Banco Mundial, que ahora prevé que la actividad nacional crezca un 1,9% este año, para expandirse solo un 1,5% en 2023, y volver a 2% en 2024. 

Ambas estimaciones significan un ajuste a la baja desde el panorama descrito por el organismo internacional en enero, cuando proyectó que en 2022 la economía subiría un 2,2%, para escalar a un tibio 1,8% en el período siguiente. 

El cuadro planteado por la entidad en su informe “Consolidar la recuperación: aprovechando las oportunidades del crecimiento verde”, apunta a que el PIB de este año quedaría dentro, pero en el límite superior, del rango de un alza de 1% a 2% establecido por el Banco Central en su Informe de Política Monetaria (IPoM) presentado la semana pasada. 

Eso sí, la estimación para el año que viene queda evidentemente por fuera del rango del instituto emisor, que contempla que la actividad económica oscile entre una caída de 0,25% y una expansión de 0,75%. Para 2024, el Central es levemente más optimista y proyecta un alza de 2,25% a 3,25%.

Con este panorama, tanto en 2022 como en 2023 la economía chilena quedaría por debajo del promedio de América Latina, grupo para el que el Banco también recortó su pronóstico, en ambos años. Ahora la entidad prevé una expansión de 2,3% para la región este año, para moderarse marginalmente a 2,2% en el período siguiente. 

Según el reporte, con estas cifras el crecimiento regional sería uno de los más bajos el mundo, en un momento en que América Latina “enfrenta grandes incertidumbres”, como las posibles nuevas variantes de Covid-19, un aumento de la inflación y la guerra en Europa del Este, “que amenaza la recuperación mundial”.

Pero el prestamista internacional también destaca que “el proceso de vacunación se ha generalizado en la región, las empresas nuevamente están contratando y las escuelas reabren sus puertas”. Todo esto, mientras “las secuelas a largo plazo de la crisis persisten y necesitan atención”, lo que se refleja en que la tasa de pobreza en la región subió a 27,5% en 2021, por encima de su nivel prepandémico de 25,6%.

Zoom a los vecinos 

Este año, solo Brasil crecería por debajo de lo proyectado para Chile -dejando fuera a Haití, Paraguay y Suriname-: el PIB del gigante de la región subiría un 0,7%, para repuntar a 1,3% 2023. Levemente sobre la economía nacional estaría México, que ambos años subiría un 2,1%. Uruguay, en tanto, crecería un 3,3% este año y se moderaría a un 2,6% en 2023, mientras que Perú se expandiría un 3,4% y un 3,1% en cada año. 

Algo superior sería el desempeño de la economía Argentina, que saltaría un 3,6% en 2022, para desacelerarse a 2,5% en el período siguiente. Bolivia crecería un 3,9% y 2,8% en cada año, mientras que Ecuador llegaría a 4,3% y 3,1%. A la cabeza de los sudamericanos estaría Colombia, donde la actividad subiría un 4,4% este año, para bajar a un alza de 3,5% en 2023, nuevamente por sobre el promedio regional. 

Reformas estructurales

El Banco afirma que, pare evitar volver a las bajas tasas de crecimiento de la década de 2010, los países de la región deberán implementar “una serie de reformas estructurales largamente postergadas y aprovechar las oportunidades que ofrece una economía mundial cada vez más verde”.

El reporte destaca las oportunidades de Chile para generar energías renovables y el interés de las autoridades nacionales por producir hidrógeno verde -y el potencial del país-, así como que el territorio nacional cuenta con grandes reservas de litio, entre otros temas. 

El informe plantea una combinación de iniciativas que puede ayudar a la región a aprovechar las oportunidades del crecimiento verde. Destacan las políticas para la fijación de precios que promuevan la adopción de las actuales tecnologías bajas en carbono, o mecanismos creíbles de verificación que posibiliten las primas de precio verdes. 

También sugiere poner en marcha sistemas mejorados para identificar y adoptar tecnologías que mitiguen el impacto de la región sobre el clima y la ayuden a adaptarse, mientras aprovecha sus ventajas naturales para crecer. Y propone llevar a cabo compromisos de política, planes a largo plazo creíbles, inversiones complementarias y mecanismos de reducción del riesgo, para reducir la incertidumbre y acelerar la adopción de tecnologías que promuevan el crecimiento, de la mano de la adaptación y mitigación el cambio climático.