Por Cristián Bastías Flores
Por tercer mes consecutivo, la balanza comercial de Chile anotó un superávit en noviembre, confirmando el cambio de tendencia que planteó el Banco Central en su último Informe de Política Monetaria (IPoM) en relación a que la economía comenzaría a experimentar un mejor panorama en materia de exportaciones y una caída en importaciones. El penúltimo mes del año arrojó un superávit de US$ 202 millones, explicado por exportaciones por US$ 6.094 millones aprox., e importaciones por US$ 5.891 millones aprox., durante ese mes. Con este dato, la balanza acumula un superávit de
US$ 2.232 millones en lo que va del año.
Al respecto, el economista de BICE Inversiones, Cristóbal Doberti, explicó que “claramente en los últimos meses ha habido ciertos cambios, aunque principalmente se explica por la baja que tuvieron las importaciones. Hubo una desaceleración mucho más importante de la demanda interna a la que se esperaba en el segundo semestre, lo que ha hecho caer las importaciones de bienes de capital. De ahí viene explicado porque no va a haber un déficit de cuenta corriente este año”.
En la misma línea, el economista de Aserta, Hernán Frigolett, precisa que el cambio de tendencia se explica “por lo que está ocurriendo con las importaciones, que han visto una disminución bastante fuerte en el último par de meses y eso pareciera que está moderando bastante las menores perspectivas que estaba teniendo la balanza comercial”.
En tanto, el economista de la U. de Chile, Alejandro Alarcón, planteó que “este es un ajuste de la balanza comercial que se ha dado principalmente por la caída la actividad económica y por la devaluación de peso, ya que tuvimos una mejora en términos de intercambio, lo que se ha traducido en este superávit”.
Las cifras de noviembre mostraron una baja tanto de las exportaciones (7,3%), como de las importaciones (5,5%), pese a lo que igual se vio una balanza comercial positiva. Ante este escenario, Doberti explica que “las exportaciones, estuvieron condicionadas por los envíos mineros, mientras las menores importaciones se explican por una baja en los bienes de capital y niveles intermedios”.
A su juicio, esto debería mantenerse en 2014. “Lo que vamos a seguir viendo es que -alineado con lo que va a pasar con la economía local- va a haber un balanceo entre los componentes del PIB, por el lado del gasto por ejemplo, una desaceleración de la demanda interna y algún dinamismo algo mayor en las exportaciones. Eso debería llevar a un balanceo de las cuentas externas”, indicó.
Por su parte, Frigolett señaló que “la caída de bienes de capital tiene que ver bastante con la postergación de algunos proyectos de inversión, sobre todo en el ámbito minero, y también va a tener que ver con lo de energía. Por lo que vamos a tener en 2014 un perfil de inversiones de bienes de capital bastante más bajo que en 2013”.
Una postura similar plantea Alarcón: “Yo creo que esto va a seguir una tendencia durante 2014. Como decía, las importaciones comienzan a bajar cuando cae la actividad. Este es un ajuste de la balanza comercial, que se ha dado principalmente por la caída la actividad económica y por la devaluación de peso”.
Cierre de año con superávit
Siguiendo esa lógica, los economistas apuntan que el resultado del último mes del año seguirá en la misma lógica.
“Diciembre debiera ser parecido a noviembre, por lo tanto, la balanza comercial debiera terminar en torno a los US$ 2.500 millones, lo que estaría en línea con lo dijo el Banco Central en el último IPoM”, aseguró Alarcón.
Doberti, en tanto, proyecta que “vamos a ver un pequeño superávit, aunque de todos modos va a ser inferior al del año anterior y, en esa línea, se cumple esta dicotomía de una desaceleración de la demanda interna y en el mediano plazo un mayor dinamismo de las exportaciones”.
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