Cuando la reforma educacional alcanza su nivel más alto de desaprobación desde el inicio del gobierno de Michelle Bachelet -61% según Plaza Púbica Cadem-, en momentos en que estudiantes y profesores se toman la calle y rectores universitarios levantan duros reclamos, el gobierno intenta retomar el control de la agenda en su emblemática reforma.
Enfrentando un complejo escenario y con el desafío a cuestas de sacar adelante los proyectos, el Mineduc fue más tajante que nunca en refutar el actuar del Colegio de Profesores: "Lamentamos y rechazamos este paro docente (...), no se justifica dentro del marco de conversaciones que hemos tenido", sentenció la subsecretaria de la cartera, Valentina Quiroga. Así, al mediodía, cuando el Magisterio lideraba una manifestación que colmaba la Alameda, en el edificio de Valentín Letelier el Ejecutivo hacía explícita su molestia por el actuar del gremio.
A su vez, la diputada Yasna Provoste (DC), miembro de la comisión del área, junto a otros en su bancada, interpelaban al gobierno exigiéndole "apertura al diálogo para corregir las falencias del proyecto"; y en contraste, desde la bancada de RN acusaban al gremio de "obstaculizar el avance de un buen proyecto".
A la espera del nuevo proyecto
Es en este agitado contexto de creciente descontento que desde el Mineduc afirman que no esperarán más tiempo para presentar la iniciativa de fortalecimiento de la educación pública: "Es lo que tenemos que hacer, está planificado y comprometido", aseguran desde el equipo de Eyzaguirre. De hecho, esperan poder ingresarla la próxima semana –pues la comisión del área del Senado ya habría despachado el proyecto que crea las dos universidades públicas regionales. Sin embargo, el avance del cronograma de Eyzaguirre no quita la apertura de nuevos flancos de críticas, algo de lo que en el Mineduc están conscientes, reconociendo, en privado, que es difícil predecir los efectos que generará la iniciativa de desmunicipalización.
En ese proyecto son los alcaldes los principales actores con los que el Ejecutivo ha trabajado para la elaboración del texto. Considerando que en este período prelegislativo se han constatado posturas divergentes en el mundo municipal, es una posibilidad bastante probable que algunos alcaldes se sumen a los cuestionamientos hacia la reforma, dificultando la labor política del Mineduc de manejar el debate conteniendo los reiterados cuestionamientos.
La rueda de descontento
Las movilizaciones se producen justamente cuando se percibe un malestar general que se refleja en las cifras de las encuestas, además del creciente descrédito de la política que día a día aparece alimentado por nuevos antecedentes de malas prácticas. En ese sentido, en la marcha de ayer no todos los lienzos tenían expresa relación con demandas en educación. "Reclamamos el derecho a cambiarlo todo", se leía en algunos de los carteles.
Al respecto, el analista de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), Juan Cristóbal Portales, explica que existe "un escenario en que los actores perciben al gobierno en un estado de gran debilidad, y viendo una oportunidad en ello, adoptan la estrategia de presionar mucho más y de presentar públicamente su insatisfacción". De cierto modo, siguiendo a Portales, en un contexto en que "todos salen a la calle, nadie quiere quedarse fuera porque perciben una mayor capacidad de negociar con un gobierno que debe manejar rápidamente a los distintos grupos de interés" .
Las tomas de los secundarios
Con cinco establecimientos tomados se encontró ayer el Mineduc: el Instituto Nacional, Liceo 7 de Providencia, Paula Jaraquemada, Tajamar y Cristóbal Colón. En muchos de los casos se trata de petitorios internos, aunque el objetivo de la medida de presión adoptada también tiene que ver con la falta -hasta el momento- de un proyecto que apunte directamente al fortalecimiento de la educación pública. "No nos gusta como va la reforma. El movimiento estudiantil se está levantando nuevamente", afirma la vocera de la Aces, Claudia Arévalo. Así también, los universitarios agrupados en la Confech convocaron a un nuevo paro nacional para el próximo miércoles 10 de junio.
La presión de los profesores
Aunque desde el Mineduc enfatizan en el intenso diálogo que han sostenido con los docentes, el Colegio de Profesores demanda reinstalar una mesa técnica y exige mayor apertura del Ejecutivo para modificar el proyecto de Carrera Docente que hoy se discute en la Cámara. Entre las exigencias del Magisterio, que gatilló el comienzo del paro indefinido y el anuncio de una jornada de movilizaciones para esta semana, se encuentra el aumento salarial -más allá de lo establecido en la iniciativa del gobierno-, más horas no lectivas y menos pruebas de evaluación a los docentes. La marcha de ayer tuvo una alta convocatoria, estimada en 40 mil personas. El gremio reevaluará el paro este viernes.
La furia de los rectores
La discusión por gratuidad en la educación superior permanecía postergada, al menos, para la segunda mitad de este año. Pero el sólo anuncio presidencial del 21 de mayo de que en 2016 se comenzará con gratuidad para el 60% más vulnerable de CFT e IP acreditados y sin lucro, y de universidades del Cruch, enardeció los ánimos de los rectores de instituciones privadas fuera del grupo seleccionado. La queja de este sector, que acusa discriminación arbitraria, ha sido ampliamente respaldada por la derecha y por personeros del propio oficialismo. Por otro lado, el anuncio instaló el debate mismo de la gratuidad universal, medida respecto de la cual autoridades ya han explicitado un rechazo categórico.
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