Cruzana introdujo la quínoa a la cerveza

Todo partió en 2002, cuando el químico, Ricardo Molina, trabajaba en una viña en Napa Valley, Estados Unidos. Ahí se dio cuenta del potencial que tenía el negocio cervecero artesanal y lentamente comenzó a gestar la idea de una cervecería, pero en su tierra natal: Santa Cruz, Chile. Una vez en el país, decidió invertir sus ahorros, US$30 mil, para fabricar su propio equipo cervecero de acero inoxidable para producir 2 mil litros mensuales y crear la primera microcervecería de Colchagua, la que denominó Cruzana. 
Pero si quería crecer, tenía que diferenciarse dentro del mercado.“No tenía recursos como para invertir en gigantografías en las carreteras, ni mucho menos para auspiciar las camisetas de un equipo de fútbol, así que pensé en producir la cerveza con distintos sabores, pero también era algo que se había hecho y yo buscaba novedad”,comenta Molina.

Un día, hablando con Pablo Aguilera, ejecutivo de ProChile, dio con un ingrediente que podría resultar atractivo: la quínoa, que además, se produce en abundancia en la región. La idea pudo concretarse luego de ocho meses de probar distintas recetas. Así fue como en 2009 comenzó su comercialización y fue tanta la aceptación que la Guía de la Cerveza de Chile, en sus ediciones 2010 y 2011, le otorgó una puntuación de 4,25 de un máximo de 5 puntos, lo que le da el status de cerveza muy buena y destacada.

A esto siguió el apoyo de Sercotec y de Corfo a través de su capital semilla, entregándole $3 millones y $38 millones respectivamente. Hoy producen 7 mil litros mensuales con tres tipos de cerveza: Pale Ale Quínoa, Red Ale y Negra Porter. El año pasado firmaron un acuerdo comercial con Unimarc para distribución en la VI región y en la Metropolitana. En marzo o abril de este año, comenzarán la distribución a nivel nacional con la cadena Jumbo, con lo que esperan aumentar la producción a 10 mil litros mensuales.