Se multiplican en China las protestas de ahorristas contra fraudes financieros

Por Leslie Hook en Beijing



Las autoridades en la ciudad de Anyang anunciaron una ofensiva sobre los programas ilegales de inversiones después de un fin de semana de protestas protagonizadas por miles de personas que reclamaban haber sido estafadas.

La protesta por el manejo del gobierno de un número de vehículos de inversión ilegal es la última en una avalancha de manifestaciones y choques entre civiles y los gobiernos locales por temas que van desde confiscaciones ilegales de tierras hasta derechos laborales.

Los ahorristas chinos tienen opciones limitadas para invertir parcialmente debido a las tasas de interés negativas en depósitos bancarios, aunque los programas fraudulentos para enriquecerse rápidamente han sido un problema persistente en los últimos años.

En uno de los casos más famosos, se cuenta un fraude de pirámide que vendió granjas de hormigas a inversionistas confiados y que captó 
US$ 400 millones antes de que las autoridades lo cerraran y su fundador fuera condenado a muerte.

En Anyang, una ciudad de 5 millones de personas en la provincia de Henan, el problema de los programas de inversión ilegales han ido escalando desde el verano.

Varios bancos privados, aunque técnicamente ilegales, reclutan abiertamente a clientes en la ciudad, y estos vehículos son populares con la gente común ya que ofrecen altos retornos. Sin embargo, los inversionistas han sido golpeados por una ola de pérdidas en los últimos meses.




Alza de manifestaciones


Desde comienzos de octubre las autoridades en Anyang han visto un alza en las manifestaciones por las pérdidas en los ahorros, según los medios chinos. El problema fue suficientemente serio como para obligar en diciembre al gobierno local a anunciar una campaña para arremeter contra los vehículos ilegales de inversión.

Los medios locales dicen que la policía ha iniciado investigaciones en los programas que involucran a cientos de personas sospechosas, muchas de las cuales se dice que han huido a medida que se revelan los programas.