A cuatro años de comenzar a operar, la industria de las sociedades de garantía recíproca ya está afianzando un stock de operaciones por UF 11,91 millones, según las cifras a junio de 2013. Esto implica un aumento de 52% en los últimos doce meses y de 25,3% en los primeros seis meses del ejercicio.
La Asociación de Instituciones de Garantía Recíproca (ASIGAR) proyecta que en virtud de estos resultados la industria debiera seguir con altas tasas de crecimiento, estimándose que el stock de afianzamientos aumentará por lo menos en un 30% en 2013, superando los $280.000 millones de 2012.
La ASIGAR destaca que estos instrumentos “mejoran en el poder de negociación con las instituciones financieras como bancos y cooperativas”. Además, “les otorgan mayores montos y plazos de financiamiento en proyectos de inversión, capital de trabajo y refinanciamiento; disminuye los tiempos de aprobación, mejora las tasas de interés y reduce el costo financiero”.
Sin embargo, el mercado de acreedores aún sigue concentrado. ASIGAR indica que mientras que el 86,6% de los acreedores que participan en el stock de fianzas entregadas durante el primer semestre son bancos, 6,7% son cooperativas y 1,9% son otros servicios financieros. En tanto, el 2,5% son organismos públicos y 2,3% son otros actores.
Así, en el último semestre se incrementó la participación de Otros Servicios Financieros y Otros Actores en el stock de las operaciones de afianzamiento, que en base al stock de colocaciones vigentes a diciembre de 2012 tenían 1% y 1,6% respectivamente.
ASIGAR destaca que existe una fuerte orientación a la atención de clientes micro y pequeñas empresas, que registran el 51,2% de los montos cursados durante este semestre.
El presidente del gremio, Felipe Sandoval, indica que si bien el mercado “se está concentrado en pequeñas y medianas, lo que es un avance porque tienen problemas al financiamiento, la microempresa está quedando un poco más atrás”.
Sandoval destaca que se podría desarrollar un acuerdo entre sector financiero o todas las entidades que presten dinero y las sociedades de garantía para armar esquemas atractivos para las microempresas. “Más que el crédito individual se garantiza en paquete, ahí debería ponerse más esfuerzo”, dice Sandoval.
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