Actualidad

Jorge Arrate: “Lo que se ha hecho es muy poco para las expectativas que generó la Presidenta”

Un lento debate constitucional, malas decisiones en materia educacional y una reforma laboral “con más retrocesos que avances” detectó el político.

Por: Narayan V. Caviedes | Publicado: Lunes 30 de mayo de 2016 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Siempre crítico de la Nueva Mayoría, Jorge Arrate, ex colaborador de Salvador Allende y ex ministro de Patricio Aylwin y Eduardo Frei, asegura que “no le gusta nada” del bloque oficialista. A la DC la acusa de “desconsiderar el programa de gobierno”. Del PC destaca ser “la única fuerza en La Moneda que se esfuerza por mantener una línea de izquierda”, pero aún no le perdona a la colectividad comunista incorporarse a la NM y abandonar la construcción de un proyecto de izquierda, amplio y radical en sus planteamientos.

Arrate, ex candidato presidencial por el pacto Junto Podemos Más, cree que la actual administración impulsó las reformas con el freno presionado, especialmente en materia educacional.

¿Y Chile Vamos? El ex ministro del Trabajo de Frei afirma que “se ríe” con el desafuero del senador de la UDI, Jaime Orpis, y la inminente formalización de Pablo Longueira. “Muchas veces dije que los políticos de derecha son empleados de las grandes empresas”, puntualiza.

- ¿Comparte la idea de que la obra gruesa del gobierno está terminada y que ahora hay que consolidar?

- Me parece que es una metáfora desafortunada. Este gobierno partió con un horizonte muy limitado. La Presidenta optó por el slowtrack en materia constitucional, cuando lo que debió haber hecho es haber enviado una reforma constitucional para convocar a un plebiscito. ‘No, es que se podía perder’, pero hay que dar las peleas. Lo que se salva de todo, con los resultados que ha tenido, es la reforma tributaria, que ha permitido acceder a más recursos. Las otras cosas la han hecho mal. La gratuidad en educación ha terminado en los voucher, no hay fortalecimiento de la educación pública y vamos a terminar subsidiando una serie de proyectos de educación superior que son altamente dudosos. Me parece positivo el haber terminado el financiamiento compartido, pero creo que es muy poco para las expectativas que generó la Presidenta.

- Considerando eso, ¿tiene proyección la Nueva Mayoría para los próximos desafíos electorales?

- Las reformas que se han hecho al sistema político, que se refieren al financiamiento de los partidos, al término del sistema binominal, ha sido algo positivo, pero lo que ha modificado son las condiciones para constituir coaliciones, porque el sistema binominal era un sistema pro coalición. En el binominal el que quedaba fuera de la coalición quedaba muy complicado, era prácticamente imposible. Hoy los incentivos del sistema para formar coaliciones han disminuido, porque el que tenga aproximadamente un 15% de los votos, tiene la posibilidad de ser electo en muchos distritos y circunscripciones.

- ¿No será ya tan relevante que tengan que tener acuerdos comunes programáticos?

- No será tan relevante que tengan acuerdos comunes electorales.

- ¿Cómo evalúa la participación de la DC en el gobierno?

- En una coalición hay diferencias y esas diferencias son legítimas. Lo que creo que hay que revisar es cómo se hacen los programas. Creo que la DC ha hecho un esfuerzo particular por perfilarse, por perfilar su identidad. Es una operación política legítima, aunque yo no estoy diciendo que me guste, porque a mí no me gusta nada de la NM. Entonces, diría que la objeción que podría plantearle a la DC no es que busque posiciones que puedan disentir dentro del programa, sino que a veces ha tendido a desconsiderar el programa.

- Y en el sector opuesto, ¿cómo evalúa el papel del PC en el bloque?

- Como hombre de izquierda, mi proyecto fue constituir, después de la elección presidencial de 2009, una coalición de izquierda que fuera heterogénea, que agrupara a distintos segmentos, que fuera contemporánea, moderna y radical en sus planteamientos. El MAIZ (Movimiento Amplio de Izquierda) fue parte de ese intento, pero fracasó. Y el problema fundamental es que nos hizo falta el PC. Un proyecto de ese tipo, sin el PC, es complejo. No digo que la culpa sea del PC, porque ellos hicieron una elección legítima que no compartía y sigo sin compartir, más allá que reconozco que es la única fuerza en el gobierno que hace un esfuerzo por mantener una línea de izquierda.

- ¿A la oposición, cuestionada por financiamiento irregular, con dirigentes cuestionados, desaforados e investigados, cómo la evalúa?

- Creo que la corrupción política ha sido transversal y golpea a todos los sectores. El mercado lo ha invadido todo y entre las cosas que ha invadido está la política. Entonces, el ejercicio del poder se transformó en mercancía; se compra y se vende. Creo que la oposición ha terminado develando lo que siempre fue. Muchas veces dije que los políticos de derecha son empleados de las grandes empresas y hoy me da risa cuando el CDE se querella contra Longueira, diciendo que era un gestor de SQM. U Orpis, que recibía órdenes de Corpesca.

- ¿Qué opina de los sectores de izquierda que no están en la NM y sí en el Congreso, como Revolución Democrática e Izquierda Autónoma?

- Los veo con complicaciones internas, con ritmos distintos, insuficientes. Están retrasados en la tarea de constituir un frente que pueda ser un instrumento, desgraciadamente.

 

"La Concertación de la NM duerme tranquila con el veto del TC"

 

Meses después de asumir la dirección del Ministerio del Trabajo, en 1994, Jorge Arrate impulsó una reforma laboral que buscaba facilitar la negociación colectiva interempresa y terminar con el reemplazo de trabajadores en huelga. La tramitación de ese proyecto estuvo, coincidentemente, acompañada por las críticas del mundo empresarial y la derecha política. El proyecto fracasó debido -en parte- a la presencia de nueve senadores designados.

"Fue un momento amargo. Ahí debí renunciar", recuerda Arrate. Ese fracaso convenció al entonces ministro del Trabajo a promover la ratificación de los convenios 87 y 98 de la OIT en el Congreso.

En el mensaje, el Ejecutivo aseguró que "la legislación chilena, en materia sindical, independiente de los perfeccionamientos de que pueda ser objeto, se amolda en términos generales a los criterios básicos que fluyen de esta normativa internacional", frase que hoy el Tribunal Constitucional (TC) utilizó para argumentar su rechazo a la titularidad sindical.

"En general, decía el mensaje. Cuando dices que no hay contradicciones 'en general', es porque coinciden en la protección al sindicato y la negociación colectiva como instrumento de los trabajadores organizados. Pero eso es "en general", aclara Arrate, quien afirma que "el gobierno perdió cualquier transformación importante, cuando trabajó mal la designación del nuevo miembro del TC", en referencia a José Ignacio Vásquez, abogado ligado a la derecha. Eso, agrega, "le ha dado gran tranquilidad a mucha gente de la Nueva Mayoría".

El ex colaborador de Allende, Aylwin y Frei critica duramente al sector conservador del bloque, a quien acusa de "garantizar" la tranquilidad de los poderes fácticos y de siempre utilizar un veto para evitar o moderar grandes transformaciones. Primero, afirma Arrate, "fue el veto de los senadores designados, después el binominal, ahora es el TC, que es una tercera cámara". Y concluye: "Así, la Concertación de la NM duerme tranquila".

La reforma laboral del gobierno, sostiene Arrate, "tiene más retrocesos que avances". ¿Cómo restituir la titularidad sindical? El ex ministro cree que una reforma constitucional es la mejor opción. Eso sí, "sabiendo que probablemente se va a perder por la falta de votos".

Pero afirma que parte de la derecha considera que Joaquín Lavín perdió la elección presidencial del 2000 por el rechazo de la oposición con "su" reforma laboral y reflexiona: "A lo mejor pasa lo mismo y sirve para algo".

Lo más leído