Macro

Política monetaria: momento de ajustar el camino

Jorge Selaive Economista Jefe BBVA Chile

Por: | Publicado: Jueves 8 de septiembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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El IPoM causa más expectación por sus proyecciones macroeconómicas que por el escenario para la Tasa de Política Monetaria, que debería ser el centro de discusión. Algo peculiar si consideramos que durante el último año no hemos visto una guía del todo asertiva del instituto emisor.

Podríamos no culpar sus proyecciones, cuando el consenso también ha errado, pero cuesta justificar el diagnóstico cualitativo, que ha mirado con demasiado optimismo, y quizás un dejo de voluntarismo la pendiente de recuperación. Esto ha llevado a corregir la actividad del 2016 de manera continua. En septiembre 2015 se partió señalando que crecer 3,5% era posible, para en lo reciente indicar que 1,5% no es descartable.

Se ha subponderado de manera sistemática la nefasta combinación de un complejo escenario externo con los desafíos de reasignación interna subyugados a los lomos de toro creados por las políticas públicas. Recordemos que a fines del año pasado sus autoridades hablaban de que los “puntos más bajos” en actividad habían quedado atrás. En el comunicado de diciembre, cuando subían la tasa de política, mencionaban la baja tasa de desempleo como evidencia de lo saludable del mercado laboral. Desde hace 1 año, poco de lo que el Banco Central ha visualizado se ha cumplido, a pesar de realizar un diagnóstico frecuente y “autocalificarse” como altamente acomodaticio y exitoso en su labor.

Consistente con un escenario que no se ha dado, y esto sí es importante por la misión que le encomienda la Ley Orgánica, subió la tasa de política en dos oportunidades. El retiro del estímulo monetario ha sido contractivo, entorpeciendo el redireccionamiento de la inversión, impidiendo una mantención del tipo de cambio en niveles depreciados (tener el TCR en promedio histórico no es suficiente) y castigando actividad más de lo recomendable. En ese contexto, se estaría apagando la inflación de mediano plazo sobre lo aconsejable a costa del ya esquivo crecimiento, quedando incluso de manifiesto en un nuevo (relevante) recorte a la proyección de inflación subyacente para el 2017.

Acomodar el discurso de política monetaria diciendo que el PIB potencial ahora es más bajo (aún menor de lo estimado hace 1 año), tiene el riesgo de transformarse en un justificación demasiado acomodaticia a no innovar en política monetaria, con el costo de alimentar profecías autocumplidas en actividad. Destacar en todo caso que se reconoce una TPM neutral nominal entre 4% y 4,5%, similar en su piso a la que hace ya tiempo consideramos en BBVA Research. Si ese es el caso, me quedo con que el estímulo monetario actual no es tan abrumador como el mismo Banco Central señalaba hace muy poco.

Es momento de enmendar el camino, y conducir la política monetaria hacia donde siempre tuvo que estar, como hemos sido majaderamente reiterativos desde mediados del año pasado. Este IPoM da un primer paso y plantea que la tasa permanecerá en 3,5%, pero sabiamente abre una ventana para que de consolidarse la tendencia reciente en términos inflacionarios, sin un repunte relevante en la actividad, la autoridad ayude algo más a reacomodar los recursos domésticamente.

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