Se moderó pesimismo del sector empresarial en agosto de la mano de la construcción y la minería

La reapertura de ciertas actividades productivas y el fin de las cuarentenas, en especial en la Región Metropolitana, comienza a levantar el ánimo en el mundo de los negocios, pero no aún con la fuerza suficiente para dejar atrás el mal rato. De hecho, el Índice de Confianza Empresarial (ICE) del Centro de Estudios en Economía y Negocios (CEEN) de la Universidad del Desarrollo (UDD) mejoró levemente hasta -22,4 puntos durante agosto, lo que siguió siendo sinónimo de un moderado pesimismo.

De todas formas, dicho estado representa -al igual como ocurrió en julio- una distancia notoria con los sentimientos todavía más negativos que se percibieron a fines del primer semestre y se parece más a lo observado al partir el año. En enero y febrero, la medición -que se realiza en conjunto con Diario Financiero- había exhibido un repunte tras el shock que significó el estallido del conflicto social. Nadie asumía entonces el posterior golpe y, con las consecuentes cicatrices, que generaría la pandemia.

Sectorialmente, se verificaron movimientos mixtos en el octavo mes. El ICE de la minería destacó con un salto de dos escalones (11 puntos) para alcanzar un nivel “levemente pesimista”. En este comportamiento influyó una mirada menos desesperanzadora sobre el negocio, así como de la economía y de contratación de trabajadores a tres meses.

Durante agosto también se atenuó el pesimismo en la construcción, cuyo ICE avanzó diez puntos para ubicarse en la casilla de moderado pesimismo. En este caso, el impulso provino de una mejor percepción de la marcha de la economía a tres meses y del nivel de inventarios.

Donde no se notaron modificaciones fue en los rubros de comercio y financiero. En el primer caso, se afianzó el estado de moderado pesimismo a pesar de que se vieron alentadas las perspectivas sobre la actividad productiva del país e, incluso, la visión del negocio a tres meses transitó a un terreno optimista. Probablemente, el empujón más obvio -además de la flexibilización del confinamiento- provino de las favorables repercusiones que está teniendo en el consumo de los chilenos el retiro del 10% de los fondos previsionales.

En el mundo financiero, no obstante, el ICE se mantuvo en un nivel “muy pesimista” afectado por un retroceso en las proyecciones de inversión a tres meses, que no pudo contrarrestar una mirada más positiva sobre precio de insumos y salarios.

Entre los descensos se ubicaron los sectores de la industria, que se vio afectada por el retroceso de las percepciones de ventas, situación del negocio y nivel de inventarios en los últimos tres meses; y la agricultura, cuyo ICE cedió siete puntos debido al deterioro en las expectativas sobre el rumbo del sector y de la economía.