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Segunda ola de inversionistas vitivinícolas llega a Chile en busca de calidad y nuevas cepas

Atractivo valor del suelo impulsará rentabilidades mejores que las que se pueden desarrollar en Europa.

Por: Nidia Millahueique M. | Publicado: Jueves 27 de julio de 2017 a las 04:00 hrs.
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Si a inicios del 2000 se vio una primera ola de inversionistas extranjeros en la industria vitivinícola nacional, con el aterrizaje de Robert Mondavi, Lapostol, Almaviva y otras viñas francesas, esta ofensiva se está volviendo a reactivar con fuerza.

Y es que en los últimos doce meses el sector se ha movido con la adquisición de Veramonte, por la española González Byaas; W Seis Investments (ligado a la familia de Alejandro Weinstein) compró el 81,2% de Viña Quintay; mientras que Miguel Torres sumó a su propiedad viña La Causa, que se compone de un predio de 230 hectáreas en el Valle del Itata; Changyu Pioneer se hizo parte del 85% de Indómita; y lo último que se conoció fue la llegada de Marchesi Antori al país, luego de tomar el control de Haras de Pirque, ligada al grupo Matte.

A lo anterior se suma que el año pasado llegó la segunda bodega más grande de España, Félix Solís. Con un proyecto por US$ 35 millones, se ubicará en el Valle de Cachapoal y prevé la construcción de una bodega dotada de alta tecnología, desde la recepción de la uva hasta el embotellado, para iniciar su actividad en la vendimia de 2019.

Mario Pablo Silva, presidente de Vinos de Chile, dice que “la industria del vino nacional ha sido cada vez más importante en el mundo y de hecho ya llegamos a ser número uno a nivel mundial de los países del nuevo mundo, superando Australia, Argentina, entro otros. Chile cada vez es más reconocido como exportador de vinos premium, de alta calidad, y eso aumenta el interés”.

Frente a lo anterior, el ejecutivo apunta a que la industria debe trabajar en la premiumización y llegar a los US$ 60 la botella, “para demostrar lo que hacemos en este segmento y eso va a beneficiar tanto a los vinos de alto precio como también, al crear este ambiente, va a beneficiar también a los de bajo precio y buena calidad”.

En viña Bouchon, añaden que este fenómeno también “obedece a una tendencia de mayor internacionalización de las bodegas y el posicionamiento de grandes actores. Deberíamos ver más adquisiciones en el futuro”, comenta el gerente general, Juan José Bouchón.

¿Toda esta ofensiva generará mayor competencia en el interior de la industria? Sergio Subiaurre, director comercial de Villaseñor Wines, que tiene terrenos en Los Lagos, dice que en el caso particular de la llegada de los chinos Yantai Changyu a Indómita, “no habrá mayor incidencia para sentir más presión. En general ellos se caracterizan por ofrecer vinos de gamas bajas y precios accesibles, de esta forma, no representan una competencia para la amplia oferta disponible de las viñas que exportamos”.

Las garantías de Chile

Según coinciden en la industria, el perfil de estos inversionistas pasa porque son operadores del negocio. “No estamos hablando de fondos de inversión que vienen por tierras. Se trata de operadores del vino, o sea familias con tradición, gente que complementa sus portafolios internacionales con Chile, con un negocio de largo plazo”, dice un conocedor del sector.

Enfatiza que estos grupos, en su mayoría, “no vienen por la cantidad, sino por la calidad (que se puede lograr acá)”.

A lo anterior, agrega entre las condiciones que favorecen a Chile es que “es un país de pocos riesgos, estabilidad económica, política y climática”.

Otra fuente ligada a la industria, resalta que la parte financiera de las viñas en general está equilibrada y los activos están asequibles desde el punto de vista del valor inmobiliario. A pesar de que el valor de la tierra ha subido, sigue siendo rentable en el contexto internacional, en especial si se compara con Europa. Esto está dado porque, por ejemplo, el país es el primer exportador de vino fino embotellado del nuevo mundo.

Otro factor a considerar es el auge del turismo ligado a esta industria, ya que no sólo se privilegia la inversión productiva en viñedos, sino que también la oferta expandida y ampliada al momento de hacer una inversión. Por ejemplo, todo el efecto que se genera en la artesanía, los hoteles y la gastronomía.

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