Construcción

La reconstrucción que no asoma en Valparaíso

El comercio, la construcción y los cruceros han sufrido las consecuencias de las manifestaciones, saqueos e incendios en diferente grado.

Por: M. Arce y M. Espinosa | Publicado: Miércoles 27 de noviembre de 2019 a las 04:00 hrs.
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Daños en diversos locales comerciales, registrados el 20 de octubre pasado. Foto: Agencia Uno
Daños en diversos locales comerciales, registrados el 20 de octubre pasado. Foto: Agencia Uno

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La Región de Valparaíso ha sido una de las más golpeadas con el estallido social que ya supera los 40 días. El comercio, la construcción y los cruceros han sufrido las consecuencias de las manifestaciones, saqueos e incendios en diferente grado.

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Las fachadas donde antes había locales de barrio hoy están rayadas, no tienen puertas o están tapadas con placas de madera o metal. La incertidumbre de algunas personas ha llegado al nivel de ir viendo el “día a día”, antes que planificarse.

El presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) de Valparaíso, Gian Piero Chiappini, dice que para adaptarse al escenario social que enfrenta el país, en muchas obras se ha optado por anticipar el horario de salida de los trabajadores, de acuerdo a lo que ocurra durante el día. A veces esto significa salir a las una de la tarde y otras a las cuatro, pero siempre antes del horario habitual (18:00 horas).

Pese a que el nivel de ausentismo ha sido casi nulo en la construcción, durante el mes de octubre la productividad disminuyó 50%. “Bajó muchísimo y esto tiene que ver con el menor tiempo de trabajo y por la ansiedad, angustia y otros factores de psicológicos que hacen que las personas trabajen con una capacidad bastante menor, porque están preocupadas de la contingencia”, dice Chiappini.

Pese a que el sector se ha visto notablemente menos impactado que el comercio por actos de vandalismo -a nivel regional no existe ninguna obra que haya paralizado sus faenas-, sí hay empresas socias que son proveedores y que han sufrido ataques. Ese es el caso de Sodimac, donde tres de sus tiendas en la región fueron dañadas.

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Contingente policial ayer en torno a las manifestaciones.

Contrario a lo que se podría pensar, las solicitudes de reconstrucción aún no han tomado fuerza. El líder gremial señala que, “por ahora no hay una clara intención de reconstruir”, debido a que por el nivel de incertidumbre las compañías prefieren aplazar esa decisión. “¿Quién me asegura que no me va a volver a pasar lo mismo?”, pregunta.

Preocupación por la temporada de cruceros

A pesar de que no ha habido problemas de desembarco de turistas de cruceros en muelles de la región, en el comercio existe preocupación por lo que queda de la temporada.

La gerente general de la Cámara Regional del Comercio de Valparaíso, Marcela Pastenes, señala que la contingencia de las últimas semanas “transmite una compleja señal a la industria de cruceros que puede traer costos mayores, como la pérdida de confianza y el desmedro del destino por otros países, poniendo en riesgo una industria que genera US$ 70 millones al año”.

La ejecutiva añade que la experiencia previa ha demostrado una disminución en las recaladas “entre el 57%-67% y la pérdida de 3 mil pasajeros en la zona. Esto significa que, conflictos que ocurren hoy, impactarán a futuro en la recalada de cruceros, puesto que las rutas y los destinos se deciden con dos años de anticipación”, plantea.

El Mastrantonio se levanta

Ya han pasado 16 días desde que el dueño del restaurante Mastrantonio, Marcelo Mastrantonio, encontrara completamente destrozado su tradicional local de comida italiana, ubicado en la entrada de Reñaca, Viña del Mar.
Desde ese fatídico lunes 11 de noviembre hasta la fecha, la administración está en pleno proceso de reconstrucción de la casona antigua, la que no sólo sufrió la quema de sus mesas y sillas, sino que también el quiebre de sus ventanales y puertas.
Mediante una colecta entre amigos y familiares, Mastrantonio reunió $ 5 millones para poder levantar el negocio, el cual sólo funciona para retiro de comida de jueves a domingo. Sin embargo, el dueño anticipa que este sábado podrá al fin abrir sus puertas a los comensales y poner en marcha el funcionamiento normal del restaurante.
"Estamos asustados por lo que pueda venir. Los vecinos están preocupados porque aún nos sentimos inseguros, pero tenemos buen ánimo", dice Mastrantonio. Explica que para enfrentar futuros desmanes el local contará con un sistema de rejas de acero, de modo de impedir vandalismos.
La temporada alta para el local parte el 15 de diciembre y se extiende por todo el período estival. A su juicio los meses que vienen estarán colmados de incertidumbre por la demanda y baja de turistas a la región.

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