Medio Ambiente

Los proyectos de Pedro Cabezón tras la venta de Paperless

Junto a su socio convirtieron la empresa en líder regional y, tras su venta a una gigante de EEUU, ahora se preparan para volver a emprender.

Por: Jéssica Esturillo O. | Publicado: Viernes 6 de julio de 2018 a las 04:00 hrs.
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En una recopilación de los emprendimientos chilenos más exitosos, Paperless tendría con toda seguridad un capítulo. Después de quince años y tras convertir a esta empresa en líder mundial del segmento de facturas, boletas y documentos electrónicos, con más de dos mil millones de transacciones para clientes como HP, InBev o Cencosud, entre otros gigantes, hace casi un año sus fundadores, Pedro Cabezón y Pablo Vicuña, cerraron el ciclo con una venta millonaria -aunque por acuerdo de confidencialidad no pueden dar a conocer el monto- que los dejó con suficientes espaldas para hacer lo que más les apasiona: emprender.

La historia se remonta a fines de los ’90, cuando en medio de sus estudios de ingeniería en la UC, Pedro Cabezón tenía a su haber varios intentos de negocios.

Tras cursar un MBA en el MIT, colaboró en la formación de una incubadora de proyectos puntocom del grupo Claro, mientras en paralelo seguía intentando dar con un negocio propio. No fue sino hasta 2002 cuando junto a Pablo Vicuña, que traía de Argentina la experiencia en una empresa relacionada con la, por ese entonces, incipiente firma electrónica, conceptualizó una empresa para responder a la reglamentación que sobre esta materia se estaba dando en Chile. Así nació Paperless.

“Los tres primeros años fueron un desastre. La mentalidad de las empresas estaba basada en el papel y no entendían nuestros servicios. Un año después llegó la factura electrónica que masificó ese tipo de documentos y nosotros nos posicionamos como proveedores de las grandes empresas y para 2005 ya habíamos alcanzado el punto de equilibrio”, recuerda Cabezón.

Reponerse del fracaso

Una de las claves del emprendimiento es reponerse de los golpes y este caso no fue la excepción. Cuando el negocio marchaba bien en Chile, vino la inquietud de llegar a nuevos mercados, lo que coincidió con el llamado del gobierno de Brasil que quería su asesoría y replicar la factura electrónica.

“Les ayudamos y cuando el sistema estaba implementado, tratamos de levantar capital. Negociamos con una empresa grande pero a poco andar descubrimos que en realidad estaban tratando de copiar nuestro modelo. Eso nos pasó dos veces y optamos por volver a Chile a buscar plata”, comenta.

Era 2008 y fue Austral Capital, el fondo ligado a importantes empresarios locales, el que aportó US$ 3 millones para entrar a Brasil. El problema fue que llegaron un año tarde y el mercado ya estaba copado. Eso implicó pérdidas importantes.

Finalmente, fue la boleta electrónica la que los sacó a flote. La propuesta, recuerda Pedro Cabezón, revolucionó la forma en que las empresas se relacionaban con el control fiscal de sus puntos de venta, pasando del hardware al software. “Esto permitió un mejor control del IVA para el Servicio de Impuestos Internos y una enorme eficiencia para los retailers, al liberarlos de una serie de restricciones”, explica.

Esta fue la solución que los posicionó en buena parte de Latinoamérica, comenzando por Brasil, donde le vendieron la boleta electrónica a todo el retail. Con ese impulso, prepararon el camino para entrar en Perú y Colombia, donde se convirtieron en los principales proveedores de este producto.

“Dentro de una empresa a la que le estaba yendo muy bien, se nos fue haciendo muy difícil iniciar nuevos proyectos, por la inseguridad que eso provoca y por el rechazo de algunos de los socios. Por eso, después de recibir varias propuestas de compra, decidimos sondear esa posibilidad, porque saber salir de un negocio es también un tema muy relevante para un emprendedor”, dice.

La venta, en que fueron asesorados por Altis, tomó un periodo largo y terminó en agosto del año pasado con el traspaso a la estadounidense Sovos, que es líder mundial en software de reporte de impuestos a gobiernos. Aunque no pueden revelar el monto de la operación, explican que Sovos se fijó en ellos por la magnitud del negocio, que presta servicio a más de 250 clientes, muchos de ellos de alcance global.

Vuelta al origen

Cabezón y Vicuña crearon el fondo de inversión Beagle Ventures con parte de lo que obtuvieron por la venta de Paperless y el proyecto es financiar emprendimientos en Chile y en la región. Están buscando empresas que presten servicios transaccionales en base a tecnologías. El plan es partir este año fichando unas tres empresas que tengan modelos de negocios un poco más probados, mientras en paralelo buscan desarrollar un nuevo emprendimiento asociado a la fidelización de clientes.

Derribar las barreras del emprendimiento

Pedro Cabezón es parte del G100, grupo de 130 empresarios que la Asech está reclutando para recaudar un total de $ 1.000 millones de los cuales la mitad será destinado a fondos concursanbles para fomentar el emprendimiento.
El aporte que este empresario quiere hacer en esta iniciativa es detectar las barreras que hoy impiden emprender. "El Estado tiene reglas muy antiguas que hay que cambiar, porque hay industrias que están muy protegidas y no hay ningún agente del Estado que esté mirando cómo destrabar estas cosas para que nuevos actores puedan entrar".
A su juicio, la visión del sector público se ha enfocado en ayudar a los emprendedores en sus etapas iniciales mediante la inyección de recursos, pero no se ha trabajado lo suficiente en potenciar la competitividad de esas empresas derribando esas restricciones. "El G100 tiene que generar una masa crítica para plantear estos temas y presionar por los cambios que se requieren, porque mientras más gente se involucre en esto, más fuerza van a tener", afirma.

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