Multinacionales

Pearson negocia venta de su participación de 50% en grupo The Economist

La familia Agnelli, controladora de Fiat Chrysler, estaría interesada en aumentar su participación en el semanario.

Por: Ainhoa Murga | Publicado: Martes 28 de julio de 2015 a las 04:00 hrs.
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El grupo editorial británico Pearson confirmó ayer que está en negociaciones para vender su participación de 50% en el semanario económico The Economist. La decisión es un paso más en su proceso de enajenación de activos orientado a centrar el negocio del grupo en el segmento educativo y llega días después de que cerrara el acuerdo para vender el diario Financial Times al japonés Nikkei por 844 millones de libras (US$ 1.300 millones).

La participación en el semanario, fundado en 1843, es uno de los activos que se excluyeron del acuerdo con Nikkei y, según fuentes citadas por Bloomberg, estaría valorado en alrededor de 400 millones de libras (US$ 620 millones).

Por el momento no se conoce el nombre de ningún potencial comprador, pero la familia italiana Agnelli, controladora de Fiat Chrysler, aseguró estar en conversaciones para aumentar su participación de casi 5% en el grupo editor, aunque se mantendría como minoritario, dijo en un comunicado.

Pese al inicio de conversaciones, no hay certeza de que se consiga cerrar una transacción, indicó Pearson. Si lo logra, esta operación y la venta de FT darían al director ejecutivo de la editorial, John Fallon, los recursos para reorientar el negocio hacia el segmento educativo.

Pearson obtiene la mayoría de sus ganancias de este segmento, pero la compañía lleva dos años lidiando con recortes de plantilla y una reorganización para impulsar los servicios digitales y los mercados emergentes. Este año tiene previsto un gasto de 30 millones de libras para aumentar sus productos online.

Sin mayoritarios
Aunque Pearson consiga vender su participación es casi inconcebible, sin embargo, que ninguno de los accionistas logre controlar el grupo, consignó FT.

Esto se debe a la estructura de propiedad: las acciones del grupo se dividen al 50% en acciones de tipo A y B. El primer grupo incluye a más de 100 accionistas, entre ellos las familias Cadbury, Rothschild y Schroders, y trabajadores y ex trabajadores de la compañía. También incluye las acciones de los fideicomisarios, títulos que carecen de derecho a voto o derechos económicos, pero que protegen la independencia de la publicación y de la empresa. Estos títulos están en manos de cuatro síndicos que, además de definir la designación del presidente del grupo y del editor de The Economist, son quienes deben aprobar por unanimidad el traspaso de acciones de tipo A y B.

Pearson, cuyo 50% corresponde a acciones de tipo B, dijo que durante el fin de semana inició conversaciones con el directorio y los síndicos del grupo para la venta de su participación. Según Bloomberg, las familias Cadbury, Rothschild y Schroders, estarían ya viendo sus opciones para adquirir la participación de Pearson.

Los Rothschild están representados en el directorio por Lady Lynn Forester de Rothschild y en los últimos años han aumentado su participación a alrededor de 21%, indicó Bloomberg.

Como la función de los fideicomisarios es velar por la independencia del grupo, podrían no permitir que un sólo accionista adquiera la participación de Pearson y así evitar un controlador único. Esta configuración ha dado a la publicación "una libertad e independencia increible", reconoce el ex editor de The Economist, Bill Emmott, según FT.

Publicación próspera
Pese a algunos baches financieros y editoriales, el grupo The Economist ha prosperado comercialmente. Las utilidades operacionales se han más que duplicado en la última década hasta más de 60 millones de libras en el último ejercicio, con ventas por 328 millones de libras y 1,6 millones de ejemplares de pago en circulación. Además del semanario, cuenta con la empresa de análisis e investigación Economist Intelligence Unit y la proveedora de información legislativa en EEUU CQ Roll Call. La consultora Ernst & Young estima que el grupo ha triplicado su valor desde 2003, hasta alrededor de US$ 1.135 millones. El desafío actual es frenar tres años de caída en los ingresos por el desplome de publicidad en la revista impresa.

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