Economía

Los desafíos económicos que afronta el nuevo presidente de Argentina

No asumirá hasta el 10 de diciembre, pero para los expertos no hay tiempo que perder y, desde hoy, es necesario gatillar las negociaciones para afrontar los desafíos económicos.

Por: | Publicado: Lunes 23 de noviembre de 2015 a las 04:00 hrs.
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El nuevo presidente de Argentina no asumirá hasta el 10 de diciembre, pero para los expertos no hay tiempo que perder y, desde hoy, es necesario gatillar las negociaciones para afrontar los desafíos económicos. El tramo final de la campaña giró en torno al precio del dólar, el levantamiento de las restricciones cambiarias y la apertura de la economía, algunos de los problemas en que la nueva administración trabajará para lograr el reequilibrio macroeconómico que devuelva el crecimiento al país. Buscarán reducir la inflación, reparar el déficit fiscal y atraer de nuevo la inversión en dólares que se ha alejado durante la vigencia de los controles de divisas, la falta de certidumbre regulatoria y la década de pelea con los acreedores de los bonos en default de 2001. Hay cierto consenso sobre las prometedoras perspectivas a mediano plazo, pero hay menos claridad sobre la desafiante transición. "La magnitud de las correcciones necesarias y la inevitable restricción política, las reformas estarán sujetas a significativos riesgos de implementación", señala el último informe de Goldman Sachs para la región. Los analistas explican que a medida que el nuevo gobierno comience a aplicar las reformas, las condiciones macroeconómicas podrían sufrir un deterioro en el corto plazo antes de volver a un camino más sustentable. Pero avisan que "cuanto antes se implementen, antes se materializará el potencial a mediano plazo". El FMI espera una contracción de 0,7% en 2016. Capital Economics es más pesimista, con una caída de 1% del PIB.

pelea con los holdouts

La reestructuración de la deuda externa que entró en default en 2001 dio lugar a una prolongada batalla en tribunales estadounidenses impulsada por los acreedores que no se acogieron a los canjes ofrecidos por el gobierno (en 2005 y 2010): los holdouts. La década de conflicto, liderado por el multimillonario Paul Singer del fondo Elliot Management, ha restringido la participación de Argentina en el mercado de capitales internacional, ha drenado las reservas de divisas del país, ha gatillado el estancamiento económico de los dos últimos años y elevado el déficit fiscal a su mayor nivel en 30 años. La salida de Cristina Fernández trae al mercado un renovado aire de esperanza y se espera, con alta probabilidad, que el nuevo gobierno logre un pronto acuerdo con los holdouts y solucione el estado de desacato con la Justicia estadounidense. La entrada de divisas extranjeras derivada de la resolución de este problema, y la eventual mejora de la competitividad externa a medida que la inflación caiga, podría impulsar las reservas, que han caído por debajo de los US$ 28 mil millones en octubre. Un respaldo más sólido de reservas ayudaría a las autoridades a lograr el muy necesitado ajuste en el peso para restaurar la competividad de manera ordenada, aunque el riesgo de devaluación sigue siendo extremadamente alto en el corto plazo dado el hundimiento de las reservas y la expansión fiscal pre-electoral del año pasado, señaló la Economist Intelligence Unit. "Solucionar el problema con los holdouts y regularizar los problemas de la deuda externa podrían ayudar a introducir mayor flexibilidad en el tipo de cambio e incluso reducir la preponderancia fiscal de las condiciones monetarias", señaló Goldman Sachs.

 

DÉFICIT FISCAL EN NIVELES RÉCORD

El nuevo gobierno de Argentina tendrá que lidiar con un legado fiscal preocupante, lo que es, en última instancia, responsable de muchos otros desequilibrios macroeconómicos del país. A pesar del aumento en la carga fiscal, los números de las cuentas públicas del gobierno central se han deteriorado de forma continua durante las administraciones de los Kirchner. Un crecimiento acelerado del gasto fiscal, impulsado en gran parte por los subsidios económicos, ha prácticamente duplicado la participación del gobierno en la economía hasta el 33,1% del PIB en 2014. Como consecuencia, el saldo fiscal global ha pasado de un superávit de 2,2% del PIB en 2004 a un déficit proyectado cercano a 7% del PIB a fines de 2015, un nivel récord que casi triplica al de 2014, duplicando lo estipulado por el gobierno de Cristina Fernández. Sin embargo, la consolidación fiscal estará sujeta a una resistencia política significativa, ya que es probable que las medidas correctivas necesarias resulten en elevados costos económicos a corto plazo, según Goldman Sachs. "Hasta que se den a conocer más detalles acerca de las medidas potenciales, no esperamos que la administración futura reduzca el déficit fiscal en más de 1,5% del PIB en 2016", dijo.

RESTRICCIONES CAMBIARIAS

La fuga de capitales gatilló la implementación de restricciones cambiarias, es decir, medidas que restringen la compra de dólares y otras divisas a particulares y empresas, a fines de 2011. Para muchos, es una de las peores herencias económicas que deja el kirchnerismo y la mayoría no dudan en que hay que levantarlas para recuperar competitividad. Según Goldman Sachs, el gobierno tendría que levantar las restricciones y corregir la desviación del tipo de cambio. "Es evidente que la dinámica actual del tipo de cambio es insostenible, pero está menos claro cómo levantar los controles bajo las restricciones de acceso al mercado de capitales internacional y dada la modesta tenencia de activos soberanos en el extranjero", explica en una nota. Con las reservas cayendo en picada para soportar el sobrevaluado peso y el valor de la divisa un 40% más débil en el mercado negro respecto a la tasa oficial, no cabe duda de que el tiempo apremia. La clave del asunto es cómo realizar el cambio. "Es fácil introducir controles sobre la divisa, pero mucho más difícil levantarlos, especialmente si en paralelo, se realiza algún tipo de devaluación que podría tener efectos inflacionarios", explica a DF Nicholas Watson, analista de Teneo Intelligence.

 

elevada inflación reanuda su ascenso

Dado el acceso restringido al financiamiento internacional, el gobierno saliente optó por monetizar gran parte del desequilibrio fiscal, alimentando la elevada inflación, otro tema urgente en la agenda económica del nuevo presidente. Si bien la inflación se ha reducido ahora a 23,8% interanual desde un máximo de 40,3% año sobre año alcanzado en septiembre de 2014, se estima que pronto reanudará su ascenso. "Estimamos que la inflación podría aumentar a 30,6% a fines de 2016, pero la dinámica de la inflación será determinada principalmente por las reformas de política a corto plazo", señaló el banco de inversión Goldman Sachs en un informe. La última encuesta realizada por la consultora internacional FocusEconomics, previó una inflación oficial de 16,6% a fines de 2015, una reducción de 0,1 punto porcentual respecto de la estimación del mes pasado. Asimismo, estimó que la inflación oficial terminaría 2016 en 26,2%, un alza de 0,9 punto porcentual frente al pronóstico previo. En cuanto a la inflación no oficial, el promedio de los consultados por FocusEconomics espera que ésta llegue a 27% este año, para elevarse a 34,3% el próximo ejercicio.

 

 

 

 

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