Economía

Los escenarios de riesgo que enfrenta Donald Trump por despedir a quienes lo investigan

Gobierno está bajo presión para designar a un fiscal especial y hay temor de que una crisis constitucional abra la puerta al impeachment.

Por: Ignacio Gallegos F. | Publicado: Viernes 12 de mayo de 2017 a las 04:00 hrs.
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Si el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tenía alguna esperanza de que descabezar al FBI bajaría la presión por la investigación sobre los vínculos de su campaña con el gobierno ruso, los últimos dos días solo le han traído decepciones.

Ayer el director interino de la agencia de investigación, Andrew McCabe, desmintió las excusas de la Casa Blanca que apuntaban a que el exdirector, James Comey –a quien Trump despidió el miércoles–, había perdido la confianza de su equipo. “Él tenía un respaldo amplio y aún lo tiene hoy”, sentenció. También aseguró que las investigaciones sobre la influencia rusa en la campaña mantendrían su curso.

Pero no todos en Washington creen que eso será así. Desde que asumió el poder, el jefe de Estado ha sacado de sus funciones a tres autoridades que indagaban a su equipo. Ello ha generado cuestionamientos tanto en demócratas como en republicanos, que ayer debatían medidas para garantizar que los estadounidenses logren acceder a la verdad de lo ocurrido durante la campaña presidencial de 2016. Mientras la atención política se vuelca a ello, la agenda de reformas pasa a segundo plano.

Fiscal especial

Ambas cámaras del congreso de EEUU tienen comisiones que indagan la influencia rusa en la campaña presidencial, pero su trabajo se ha visto entrampado en disputas entre la mayoría oficialista y la oposición.

Ayer, los demócratas aumentaron la presión para que el Departamento de Justicia nombre a un fiscal especial independiente que investigue el caso. “Si ha existido un momento en que las circunstancias requirieran un fiscal especial, es ahora mismo”, sentenció el líder demócrata en el senado, Chuck Schumer.

La atribución constitucional para esa designación cae en manos del fiscal general, Jeff Sessions, quien llegó al cargo luego de que Trump despidiera a Sally Yates y quien, además, ha reconocido que tuvo reuniones con representantes del Kremlin en la campaña. Por ello, él mismo ha asegurado que se inhabilitará de indagar el asunto. La decisión queda, así, en manos del fiscal general adjunto, Rod Rosenstein.

“Es decisión de él”, señaló ayer a Financial Times el exfiscal especial Richard Ben-Veniste, quien investigó el escándalo de Watergate que terminó con la renuncia del presidente Richard Nixon en 1974. “Pero el presidente podría despedir a Rosenstein. Si lo hace, entonces entraríamos a una crisis constitucional más allá de cualquier expectativa hoy”, explicó.

La Casa Blanca ha insistido en que no es necesario designar a un fiscal especial, pero podría ceder si no tiene los votos senatoriales suficientes para confirmar al sucesor de Comey en el FBI. El escenario es posible, dada la división en las filas republicanas.

Al respecto, el exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, señaló en una columna que “cuando las autoridades electas se rehúsan a regirse por las prácticas éticas que esperamos que sigan, es trabajo de la gente –y de sus representantes– hacer que se responsabilicen. Esto es sólo el comienzo”.

Obstrucción a la justicia

Si el término “nixoniano” ha flotado en Washington tras el despido de Comey, también lo ha hecho el de “obstrucción a la justicia”, que fue el cargo por el que el congreso estuvo a punto de impugnar la presidencia de Nixon, antes de que éste renunciara.

En un congreso dominado por el oficialismo, el escenario sólo sería posible si las divisiones entre los conservadores son lo suficientemente profundas. Pero podría ocurrir. Ayer, el senador republicano John McCain advirtió que los cuestionamientos no se acallarán en el corto plazo. “Este escándalo va a continuar. Lo he visto antes”, sentenció.

 

"RUSIA ES UNA AMENAZA MAYOR"

 

El director de Inteligencia Nacional (DNI) de EEUU, Dan Coats, señaló ayer al senado que los hackers rusos aún son una "amenaza mayor" para el país. Aseguró que las "operaciones de influencia" coordinadas desde Moscú "continuarán en EEUU, Europa y en otros lugares". El funcionario aseguró que el Kremlin es "más impredecible en su relación con nuestro país". También advirtió los riesgos que nacen del plan nuclear de Corea del Norte y el deterioro de la situación militar en Afganistán.

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