Economía

Powell y un año inquieto para la Fed

El presidente del banco central estadounidense ha implementado un estilo distinto al de su antecesora, Janet Yellen, y los mercados dan señales de que hay nerviosismo.“

Por: Ignacio Gallegos F. | Publicado: Viernes 1 de febrero de 2019 a las 04:00 hrs.
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Muchas cosas cambiaron en un año para el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell. El exbanquero pasó de ser el elegido por Donald Trump para liderar el banco central más influyente del mundo a ser el blanco de los ataques del jefe de la Casa Blanca; de navegar una economía que se aceleraba, a una que acumula señales de que pierde el ritmo; y de ser un nombre que inyectaba confianza a los mercados a recibir crecientes críticas por la confusión que generan sus palabras.

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La última señal llegó esta semana, cuando la primera reunión de política monetaria del año concluyó con un giro importante sobre el futuro de las tasas de interés. El comunicado de la Fed eliminó referencias previas a la necesidad de “más alzas graduales” en los tipos e incorporó una palabra clave: “paciencia” sobre incrementos futuros.

Powell explicó las bases para la decisión -que fue unánime en el Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC, su sigla en inglés) que él preside- con una metáfora fluvial: habló de “corrientes cruzadas” en la economía, que exhibe un crecimiento aún alto y el menor desempleo en décadas, pero una inflación persistentemente lenta y factores que alimentan el pesimismo, como la guerra comercial con China y las crisis políticas en Washington.

Pero no pudo evitar ser cuestionado sobre si la decisión estuvo influida por las críticas de Trump, quien ha cuestionado las alzas en la tasa. “Somos humanos y cometeremos errores, pero no serán errores de carácter o de integridad”, respondió.

La comunicación

Una de las primeras grandes decisiones de Powell tuvo que ver, precisamente, con la forma de comunicar a la Fed con el mundo. Desde este año, todas las reuniones de política monetaria culminarán con una conferencia de prensa, a diferencia de lo que hacía Yellen, que las ofrecía cada dos encuentros. Ello bien podría alegrar a analistas que buscan mayor transparencia, pero también hace menos predecible los movimientos: la Fed de Yellen sólo movía la tasa en las reuniones en que correspondía enfrentar a la prensa.

Ese cambio aún tiene que mostrar sus frutos, pero otros rasgos del estilo de Powell han enervado a las bolsas. Una es su aparente falta de consistencia: en octubre, dijo que las tasas en el país estaban “lejos” del nivel neutral -que no estimula ni frena el crecimiento económico-, mientras que un mes después las consideraba “justo por debajo” de ese mismo nivel. Los mercados celebraron esto último pensando que el ritmo de alzas podría desacelerarse, pero en diciembre Powell reafirmó que había espacio para subir los tipos y, de hecho, anunció el cuarto incremento del año.

La confusión entre los analistas era palpable, justo en momentos en que crecían las perspectivas de una desaceleración global y la incertidumbre política en Washington golpeaba las bolsas. Hay quienes estiman que la falta de claridad del jefe de la Fed tuvo, al menos, algo que ver con que los mercados tuvieran el año pasado su peor cierre en una década.

Bajo presión

A medida que el banco central de EEUU da señales de que sacará el pie del acelerador en las alzas de tasa, también es esperable que cesen las críticas de Trump. Desde julio, el mandatario comenzó a cuestionar y luego abiertamente a criticar la normalización monetaria, que describió como un “problema” y un “error”.

Pero la presión sobre Powell no bajará. Las incertidumbres políticas en EEUU -con la guerra comercial en una tregua frágil y tras un cierre federal que se coronó como el más largo de la historia, y que podría repetirse en febrero- tienen cada vez más efectos sobre la confianza de las empresas. Eso amplifica los efectos de cualquier paso en falso.

“Toda la presión está sobre la Fed: es la que tiene que decir las palabras indicadas para que los mercados se sientan tranquilos”, dijo a Bloomberg el codirector de investigación de economía mundial de Bank of America, Ethan Harris.

Otras voces son más críticas. Para el analista de Cornerstone Roberto Perli, el giro en el comunicado de esta semana “fue grande y sorpresivo” de parte de una institución de lo que menos espera son sorpresas. “El hecho de que no hubiera una justificación convincente causó aún más perplejidad”, dijo a Financial Times.

A medida que se prepara para navegar las corrientes cruzadas que describió, Powell tendrá que encontrar la manera de mostrarse más predecible; de lo contrario, el mercado ya nervioso podría poner aún más turbulentas las aguas.

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