Las empresas y los miembros del público tienen hasta el 6 de septiembre para enviar comentarios sobre los gravámenes propuestos, que abarcan todo tipo de artículos, desde bastones para selfies hasta semiconductores. El presidente planea imponer los aranceles una vez que concluya el plazo, de acuerdo con las personas familiarizadas con el asunto, que hablaron bajo condición de anonimato porque las discusiones no son de carácter público.
Algunas personas advirtieron que Trump no ha tomado su decisión final y es posible que la administración pueda decretar los aranceles en cuotas. Hasta ahora, Estados Unidos ha impuesto gravámenes sobre US$ 50.000 millones en productos chinos, y Beijing ha tomado represalias en igual medida.
También es posible que el presidente anuncie los gravámenes la próxima semana, pero señalan que entrarán en vigencia en una fecha posterior. La administración de Trump esperó cerca de tres semanas después de anunciar a mediados de junio que impondría aranceles sobre US$ 34.000 millones de productos chinos antes de ser implementados. La siguiente etapa de aranceles sobre US$ 16.000 millones de bienes se llevó a cabo en agosto.
Fuera de la OMC
En una entrevista con Bloomberg, el mandatario dijo además que retiraría a EEUU de la Organización Mundial del Comercio si no trata mejor al país, continuando sus críticas a una piedra angular del sistema de comercio internacional.
Una retirada estadounidense de la OMC socavaría gravemente el sistema de comercio multilateral posterior a la Segunda Guerra Mundial que Estados Unidos ayudó a construir.
Trump dijo el mes pasado que Estados Unidos está en una gran desventaja por haber sido tratado "muy mal" por la OMC durante muchos años y que el organismo con sede en Ginebra necesita "cambiar su comportamiento".
Beneficios tributarios
Por otra parte, Trump señaló además que está considerando una rebaja a las ganancias de capital impulsando una regulación que indexaría los beneficios a la inflación.
La medida rebajaría la carga tributaria para los inversionistas al momentos de vender activos como acciones o bienes raíces ajustando el precio original de compra a por inflación. Esta es una meta largamente anhelada por su asesor económico Larry Kudlow, quien asegura que impulsaría la creación de empleos y crecimiento económico porque las personas no serían garbadas sobre ingresos "fantasma".