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EY intenta apagar incendios en tres casos de auditoría que amenazan su reputación global

El papel de la firma en la contabilidad de un fabricante de artículos de oro en Dubai, NMC Health y Wirecard puso sus controles bajo escrutinio.

Por: Financial Times, T. Kinder y D. McCrum | Publicado: Lunes 8 de junio de 2020 a las 13:29 hrs.
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Amjad Rihan estaba a más de 3.000 millas de distancia de la imponente oficina de EY en un rascacielos de Dubai cuando su abogado lo llamó para decir que finalmente había ganado una batalla de siete años contra su antiguo empleador.

Rihan, una de las pocas personas que alguna vez se haya enfrentado a una destacada firma de contadores en la corte, demandó a EY por expulsarlo después de exponer una serie de presuntas actividades ilegales por parte de una firma productora de artículos oro en Dubai y un posterior encubrimiento por parte de sus auditores.

"Nunca me fue mi intensión convertirme un denunciante, pero hacer la vista gorda no era una opción", dijo, hablando desde la casa en Warwick donde habita tras huir de Oriente Medio. "La mayor parte de la riqueza del mundo es auditada por los contadores de las Cuatro Grandes auditoras. Y a los poderosos no siempre le conviene revelar cuándo algo sale mal”.

Esta es la primera vez que comenta públicamente sobre su historia desde que un juez del Tribunal Superior de Inglaterra le ordenó a EY pagarle US$ 11 millones en abril.

El tribunal aceptó sus afirmaciones de que EY había participado en una mala conducta contable que llegó a sus niveles más altos. Según la sentencia, la empresa se coludió con Kaloti Jewellery International para ocultar exportaciones ilícitas y ayudó a ocultar los hallazgos de auditoría que incluían sospechas de lavado de dinero.

La firma de contabilidad está intentando apelar la decisión del juez y según el reporte del tribunal alegó que Rihan, que a los 36 años se convirtió en uno de los socios más jóvenes de EY, es un "mentiroso y oportunista" y que las acusaciones carecen "completamente de mérito".

Para EY, que obtuvo US$ 36 mil millones en ingresos el año pasado, la batalla para revertir la orden judicial conlleva un riesgo reputacional considerablemente mayor que el financiero.

La saga Kaloti es uno de los tres incendios contra los que el grupo está luchando en múltiples continentes y ahora está analizado si los controles centrales que regulan el comportamiento de sus auditores en todo el mundo están fallando.

EY se enfrenta a una investigación regulatoria sobre su supervisión a NMC Health, un colapsado grupo de hospitales londinenses con sede en Abu Dhabi, que podría convertirse en uno de los mayores escándalos del FTSE 100. También están surgiendo preguntas sobre sus auditorías a Wirecard, un negocio de tecnología financiera del Dax 30 que está en el centro de lo que amenaza convertirse en uno de los escándalos contables más grandes en la historia de la posguerra alemana.

La participación de EY en estas controversias complica su influyente posición de cabildeo en la política británica a medida que los legisladores consideran agresivas propuestas para dividir a las grandes firmas de contabilidad para mejorar su administración y la calidad de sus auditorías.

Su jefe en Reino Unido, Steve Varley, es el embajador comercial del gobierno para la industria de servicios profesionales y se sienta en un consejo del Tesoro que asesora sobre las políticas que regulan cómo operan las empresas.

También son una distracción desagradable, mientras la unidad británica de EY reestructura sus cargos superiores y su directorio internacional se prepara para un impacto significativo en las ganancias durante la crisis del coronavirus.

“Enredarse en un escándalo puede considerarse una desgracia, en dos parecen descuido, y en tres, bueno, simplemente se ve mal", dijo un abogado de alto rango involucrado en las investigaciones sobre NMC Health.

Control de calidad en duda

Rihan demandó en los tribunales ingleses a cuatro entidades de EY, incluyendo sus unidades global y europea, porque no creía que la responsabilidad por el escándalo de Dubai estuviera limitada solo a la división regional.

"No pueden decir que fue solo algo cultural o aislado, todo es central", comentó una persona cercana a EY.

La capacidad de mantener el control de calidad en las empresas de servicios profesionales en expansión, que operan como una combinación de asociaciones y franquicias, ha sido durante mucho tiempo un tema de debate en el sector.

EY tiene un "código de conducta global", que pretende gobernar la ética y el comportamiento de sus 280.000 empleados en 700 oficinas en 150 países.

El beneficio de tener una extensa red internacional es que los clientes pueden ser referidos a empresas miembro en todo el mundo, manteniendo los cobros dentro del grupo. El respaldo de una gran firma mundial de contabilidad o abogados presta credibilidad a una pequeña oficina en un país no reconocido por sus controles regulatorios. A menudo, las empresas cobran tarifas de escala mundial cuando el trabajo es bueno, pero eluden la responsabilidad cuando se produce un escándalo, culpando a la oficina individual.

"Nos comercializamos como una solución global y luego, cuando surge un problema, lanzamos tantos cortafuegos como sea posible para poner distancia entre ellos y el resto de la empresa", admitió un miembro del directorio de una de las grandes empresas de contabilidad.

Algunos incidentes recientes han cuestionado la eficacia del modelo. La marca de KPMG sufrió en todo el mundo cuando los clientes y el personal abandonaron la empresa en Sudáfrica por su participación en un escándalo de corrupción, mientras que PwC está siendo investigada en Reino Unido por la presunta mala conducta por parte de su oficina italiana en un trabajo de auditoría para la empresa de telecomunicaciones BT.

Luchando contra tres crisis

Para EY, el marco multinacional ha complicado las tres crisis de auditoría. Las cuatro entidades que Rihan demandó alegaron en la corte que ellas no eran responsables por la forma en que él fue tratado. El juez rechazó la idea. "Estoy de acuerdo con la afirmación del reclamante de que EY Dubai y las otras organizaciones locales de EY estaban subordinadas a EY Global", dijo el fallo.

Tras la resolución EY dijo que se sentía "sorprendida y decepcionada". "Fue el trabajo de un equipo de aseguramiento de EY Dubai que descubrió graves irregularidades y las denunció a las autoridades correspondientes", dijo.

Kaloti ha negado previamente cualquier irregularidad y dijo que realizó todos los controles apropiados contra lavado de dinero.

En NMC, la auditoría de EY se firmó en Londres, a pesar de que la mayor parte del comercio y los activos de la compañía se encuentran en Medio Oriente. Las cuentas de 2012 y 2013 muestran que NMC pagó más de la mitad de las tarifas de auditoría a la firma EY de Emiratos Árabes Unidos, lo que sugiere que el personal en la región asumió una parte importante del trabajo incluso después de que se registrara en la Bolsa de Valores de Londres.

El regulador de contabilidad de Reino Unido anunció el mes pasado una investigación sobre la auditoría EY a NMC en 2018. A fines del año pasado, el fondo de cobertura Muddy Waters cuestionó la relación entre EY y NMC, señalando que el directorio incluía a exsocios de la firma. El fondo alertó que los márgenes de NMC eran "demasiado buenos para ser verdad" y que creía que una "relación amistosa" entre EY y su cliente significaba que había "falta de rigor" en sus auditorías.

Ahora los liquidadores de la compañía en las oficinas londinenses de Álvarez y Marsal y los abogados que asesoran al directorio de NMC liberarán años de operaciones para descubrir por qué no fueron detectados US$ 4 mil millones en deudas no reveladas. Eso podría exponer a EY, que ganó alrededor de 14 millones de libras por sus auditorías durante siete años, a posibles denuncias de negligencia.

EY dijo que cooperará totalmente con la investigación del Consejo de Reportes Financieros (FRC, sigla en inglés) y que sería inapropiado comentar más sobre NMC Health.

En Wirecard, el trabajo de auditoría fue llevado a cabo por socios de EY en Alemania, quienes también fueron responsables por monitorear las operaciones del grupo en Dubai, que están en el centro de las acusaciones sobre ganancias fraudulentas.

Wolfgang Schirp, quien está preparando una demanda contra EY a nombre de los inversionistas de Wirecard, dijo que un reciente informe independiente de sus cuentas fue "realmente devastador". Los auditores especiales de KPMG dijeron que no pudieron verificar que decenas de miles de millones de euros en transacciones supuestamente enrutadas a través de Dubai, Dublín y Múnich realmente se realizaran, arrojando nuevas dudas sobre al menos tres años de cuentas que fueron aprobadas por EY.

"Nuestra auditoría de las cuentas de 2019 de Wirecard está en curso", dijo EY. "No nos hemos formado una opinión de auditoría y no podemos confirmar ninguna conclusión".

Wirecard dijo a los inversionistas en mayo que hasta el momento el trabajo de EY no había generado "ningún hallazgo importante. Sin embargo, todavía no se han completado todos los procedimientos de auditoría".

No pierde un dólar

EY dijo a FT que entiende su “papel vital en servir al interés público y fomentar la confianza en los mercados de capitales. La calidad de la auditoría es fundamental para esto y continuamente buscamos ser consistentes a nivel mundial en la realización de auditorías de alta calidad mediante la inversión en tecnología, la capacitación de nuestra gente y la mejora de nuestros procesos".

La firma lanzó en 2015 un programa para mejorar la gestión y la comunicación de sus equipos de auditoría. "Todavía hay más por hacer, y EY está lista para aceptar ese desafío", dijo Felice Persico, presidente global de aseguramiento en el último reporte de la firma sobre la calidad de sus auditorías.

Hasta ahora, las consecuencias para la empresa han sido insignificantes, a pesar de la publicidad sobre el caso de Rihan, incluida una investigación de BBC Panorama titulada "oro, dinero del narcotráfico y el encubrimiento de una importante auditora".

EY audita a 30% de las compañías Fortune 500 y alrededor de 25% del FTSE 100. Continúa asesorando a gobiernos, y sus mandatos siguen aumentando a medida que el sector público externaliza rápidamente el apoyo logístico para combatir la pandemia.

"No creo que EY haya perdido un solo dólar de sus negocios por esto", dijo un observador. Y un antiguo socio de EY agregó que “en términos del daño potencial, la realidad es que ellos seguirán adelante, la vida de los grandes contadores simplemente continúa. El impacto financiero en las empresas de esta escala es pequeño. Su ego puede recibir un golpe, pero solo un cambio regulatorio podría y tener un impacto tangible".

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