FT Español

Los diez peores trabajos en política

Ser ministro de Salud en Liberia, el abogado defensor de Argentina, el estilista de Kim Jong Un o el motorista del presidente francés es una labor ingrata.

Por: Roula Khalaf, Financial Times | Publicado: Lunes 29 de diciembre de 2014 a las 05:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

No podía ignorar el correo invitándome a conocer a la persona "con el peor empleo en política global". No era un líder mundial ni el gobernador de un banco central. Su nombre es Mohammed Mahdi al-Bayati y es el ministro de Derechos Humanos en Irak. ¿Qué podría ser más desafiante que eso? El gobierno para el que trabaja no puede disponer de un Ejército bien entrenado, capacidades militares o buenos vecinos. Y pese a que su experiencia en el área es en primera persona –muchos miembros de su familia han sido arrestados y torturados–, su personal y las fuerzas de seguridad que combaten contra el Estado Islámico y Levante (Isis) necesitan entrenamiento en derechos humanos, y estaba en Londres para pedir ayuda.

Lo conocí en Park Lane y me contó sobre las atrocidades cometidas por los jihadistas de Isis: las ciudades devastadas, las iglesias destruidas y más de 3 mil mujeres prisioneras. Dejé el hotel pensando que seguirá teniendo el peor trabajo del mundo en un año más.

Consulté con colegas en los días posteriores sobre otros ejemplos de trabajos políticos ingratos. Esta es la lista, incluyendo algunos que no son estrictamente políticos.

1 Mahdi al-Bayati: ministro de Derechos Humanos en Irak. Tiene que enfrentar diariamente los horribles abusos contra las personas en su país, como asesinatos y torturas.

2 Walter Gwenigale: ministro de Salud de Liberia, despedido del cargo el mes pasado, posiblemente para su alivio. Su país ha tenido la mayor cifra de muertes por el ébola y ha sido blanco de crecientes críticas.

3 Ron Patrick: director de reclutamiento de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EEUU. Este nunca ha sido un trabajo fácil, pero el nivel de torturas revelado este mes por un informe del Senado lo hace ahora mucho más difícil.

4 Lord Hill: comisionado británico de servicios financieros para la Unión Europea. Tiene que proteger a la City de Londres y promover la integración de la zona euro cuando el Reino Unido es crecientemente impopular en Bruselas, y podría estar incluso maquinando su salida de la UE.

5 Jonathan Blackman: abogado de Argentina en la larga saga con los hedge funds. El socio de Cleary Gottlieb Steen & Hamilton ha peleado en la esquina de Argentina mientras caía en default de su deuda a los acreedores holdout, y ha tenido que luchar con sorpresas ocasionales de su propio cliente.

6 El estilista de Kim Jong Un: un trabajo que se realiza con gran riesgo personal. El peinado del líder norcoreano se convirtió en una exportación furor este año después de informes (no confirmados) de que se había ordenado a los hombres del país que adoptaran ese estilo.

7 Ashraf Ghani: presidente de Afganistán. Pasó semanas peleando con un rival porlos dudosos resultados de la elección presidencial de junio y tuvo que intervenir John Kerry, el secretario de Estado de EEUU, para llegar a un acuerdo que le asegurara el empleo. Pronto podría arrepentirse de su victoria.

8 John Kerry: secretario de Estado de EEUU. Un trabajo poderosamente grande, pero implacablemente frustrante, en especial en el último año, en el que la largamente buscada paz en el Medio Oriente colapsó, tal como los planes de paz en Siria. Eso sin mencionar que la mayor crisis diplomática global, por la intervención de Rusia en Ucrania, es un callejón sin salida, mientras que Irak se ha derrumbado.

9 Staffan de Mistura: enviado especial de la ONU a Siria. Su trabajo de "facilitación de la paz", para el que fue nombrado en julio, será tan inalcanzable como el esfuerzo de sus predecesores, Kofi Annan y Lakhdar Brahimi.

10 Misterioso motociclista francés: no es un cargo político, pero el guardia de seguridad de François Hollande fue un hombre clave en las visitas nocturnas del presidente a su amante. El trabajo implicaba largas horas, una conducción furtiva y los brazos del líder de Francia alrededor de su cintura.

Financial Times

Lo más leído