Macri lucha contra retorno del kirchnerismo en Argentina

Lucía Colombo se siente decepcionada. La asistente de mercadeo estaba muy entusiasmada cuando el presidente Mauricio Macri asumió el poder prometiendo un cambio para Argentina. Pero casi cuatro años después, realmente no puede describir lo que ha mejorado, al menos en su vida cotidiana.

"Se suponía que la economía era el punto fuerte de Macri, pero no ha mejorado. Algunas cosas han empeorado", dijo, quejándose de lo caro que es todo. "¿Alguien podrá arreglar este país?"

Aunque Macri fue elegido en 2015 con la promesa de transformar la economía en dificultades de Argentina, el impacto nocivo de una crisis monetaria el año pasado ha provocado descontento y enojo entre sus partidarios con respecto a su desempeño durante su mandato. Esto está socavando sus posibilidades en las elecciones presidenciales de octubre.

En este momento, debido a una inflación anual de alrededor de 55% y una recesión que se ha alargado, las últimas encuestas siguen mostrando una ventaja para la expresidenta Cristina Fernández y su exjefe de gabinete, Alberto Fernández -una figura menos conocida sin parentesco con la exmandataria- que se han postulado para vicepresidente y presidente respectivamente.

"El problema es que si los votantes más pobres están aún peor ahora que bajo el populismo, es perfectamente racional que voten nuevamente por el populismo", dijo Oscar Muiño, un escritor que apoya a la coalición gobernante. "A menos que aparezca un cisne negro, la situación de Macri parece difícil".

Apuesta por la infraestructura

Macri, quien no ha podido enfocar su campaña en sus logros económicos, en cambio ha estado lanzando proyectos de infraestructura en todo el país, no sólo destacando logros concretos sino contrastándolos con los logros menos impresionantes de la administración anterior en ese frente, justo cuando está comenzando un juicio en el que Fernández está acusada de corrupción en proyectos de obras públicas.

Afortunadamente, es posible que la economía finalmente haya alcanzado un punto de inflexión. Se están recuperando los indicadores clave como el crecimiento, la inflación, el empleo y las exportaciones. En abril, la economía creció por primera vez desde el mes anterior, en 1,2%, aunque los funcionarios esperan una contracción de alrededor de 1% para 2019 en general.

"Estamos empezando a salir de la crisis", dijo Nicolás Dujovne, el ministro de Economía, afirmando que para octubre los salarios reales serán entre 7% y 8% más altos que ahora, a pesar de que no habrán recuperado todo el terreno perdido desde la crisis monetaria del año pasado.

De hecho, el mayor desafío es mantener la estabilidad en el tipo de cambio, que está estrechamente relacionado con el desempeño de Macri en las encuestas de opinión. Si los mercados creen que la brecha entre Macri y el dúo Fernández-Fernández es insuperable, eso podría desencadenar volatilidad en el desempeño del peso y, a su vez, otro aumento en la inflación, eliminando las ganancias en los salarios reales.

"Si eso sucede antes de las elecciones primarias de agosto, esta administración no tendrá ninguna posibilidad de ser reelegida", dijo Jimena Blanco, directora de investigación de América en Verisk Maplecroft, una consultora de riesgos.

Por ahora, ella dice que el gobierno ha hecho lo que puede. Esto incluye la implementación de medidas para aliviar las presiones inflacionarias mediante la modernización de los controles de precios de los productos básicos, la congelación de los aumentos programados en los servicios públicos y la introducción de nuevas reglas para permitir una mayor intervención en los mercados de divisas.

La única otra arma importante que tiene el gobierno es "el factor del miedo", dijo.

En última instancia, eso significa persuadir a los votantes de que un retorno al "kirchnerismo" volvería a allanar el terreno para que Argentina se parezca cada vez más a Venezuela, cuyo gobierno socialista ha sumido al país en una de las peores crisis económicas que se han experimentado en América Latina en medio de una corrupción desenfrenada y el atropello de las instituciones democráticas.

"Esperamos que al restaurar el orden, la tranquilidad y la actividad en la economía, los votantes podrán apreciar nuestras reformas, las obras públicas, el fortalecimiento de la democracia y de las instituciones y, sobre todo, la dirección general en la que estamos encaminando al país", dijo Dujovne.

Mucho permanece incierto. Pero el resultado final de las elecciones dependerá de si los votantes del centro están más influenciados por sus temores de un retorno del populismo o por su decepción con la administración actual.

"Todavía no he decidido. Es patético el gran lío en el que estamos", dijo Tati Molina, una agente de bienes raíces quien votó por Macri en 2015. "Pero pase lo que pase, no podemos volver al pasado. No más populismo, por favor".