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¿Qué significaría un presidente de extrema derecha para Austria?

Austria, uno de los países europeos más estables, decide este domingo un nuevo presidente en una elección que pudiera tener grandes consecuencias para la política del continente.

Por: Ralph Atkins, Financial Times | Publicado: Jueves 1 de diciembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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Austria, uno de los países europeos más estables, decide este domingo un nuevo presidente en una elección que pudiera tener grandes consecuencias para la política del continente.

La votación es una repetición de la llevada a cabo en mayo en la que Alexander Van der Bellen, un político ecologista que se lanzó como independiente, derrotó por poco a Norbert Hofer, representante del partido populista de extrema derecha, Libertad.

Poco más de 30.000 votos separaron a los dos hombres hace seis meses, y las encuestadoras de opinión dicen que la contienda está muy cerrada para predecirla.

Este proceso se hace relevante porque, más allá de Austria, es una prueba al apoyo hacia el nacionalismo de derecha luego de la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.

Si gana, Hofer será el primer líder de extrema derecha de un estado de Europa occidental desde la Segunda Guerra Mundial. Un voto fuerte podría además presagiar que el partido Libertad se convertiría en el mayor grupo político para las elecciones parlamentarias de septiembre de 2018, dándole un mayor rol en el nuevo gobierno austríaco.

Formado por ex nazis de los años ’50, la organización ha alarmado por mucho tiempo a los políticos tradicionales europeos debido a su “lavado” de la historia de la nación y la asociación con el antisemitismo. Austria fue condenada al ostracismo en 2000 cuando el partido Libertad se unió a la coalición de gobierno.

Algunos consideran que el significado de la elección es limitado porque, por convención, el presidente tiene en gran parte un papel simbólico. El poder político recae en el gobierno liderado por el canciller, cargo ocupado desde mayo por Christian Kern, un socialdemócrata y ex jefe de la red de ferrocarriles del país.

Sin embargo, el poder presidencial es potencialmente considerable, debido a que incluye nombrar y destituir ministros, y convocar a elecciones parlamentarias.

Durante la campaña, ambos candidatos sugirieron que usarían el poder Ejecutivo de forma más activa.

Van der Bellen ha dicho que buscará evitar que el aspirante de Libertad se convierta en canciller. Hofer, en tanto, ha indicado que arremetería en contra del gobierno si no aplica una línea más dura en cuanto a inmigración.

Ahí, sería peligroso romper con la convención. El partido Libertad está buscando que Heinz-Christian Strache, líder del partido, sea canciller luego de las elecciones nacionales. Por ello, Hofer quedaría bajo presión para demostrar que su organización puede ejercer el poder responsablemente.

Política en agitación

La política en las economías industrializadas de occidente está en agitación. En Francia, la elección de Marine Le Pen como presidenta, o que el populista Movimiento Cinco Estrellas de Italia gane poder –ambas improbables pero no imposibles en 2017– podría crear una “situación política completamente nueva”, dijo Stefan Gerlach, economista jefe del banco BSI en Suiza.

Si Le Pen logra llegar a segunda vuelta en las elecciones presidenciales del próximo año en Francia, los opositores probablemente se inclinarán por su rival.

Van der Bellen ha fallado en construir una coalición similar. Una de las razones es la renuencia de muchos electores austríacos conservadores a apoyar a un político ambientalista.

Pero el partido Libertad también atrae un amplio apoyo y se ve cada vez más como parte de la corriente principal de la política austriaca. La agrupación está en dos de las nueve provincias y ha formado coalición tanto con los socialdemócratas como con el Partido del Pueblo. La fuerza de su apoyo es la debilidad de los dos tradicionales.L

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