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Se intensifica disputa: Arabia Saudita vende activos en Canadá tras impasse diplomático

Las críticas de la ministra de Relaciones Exteriores canadiense tras el encarcelamiento a una activista feminista desencadenaron duras medidas por parte del reino saudí.

Por: Simeon Kerr, Financial Times | Publicado: Jueves 9 de agosto de 2018 a las 04:00 hrs.
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Arabia Saudita está vendiendo activos canadienses a medida que el reino escala su respuesta a las críticas de ottawa por el arresto de una activista mujer.

El banco central saudí y los fondos de pensiones estatales han instruido a sus administradores de activos en extranjero para que se deshagan de sus acciones, bonos y tenencias de efectivo canadienses “cueste lo que cueste”, dijeron dos personas con conocimientos directo de las órdenes.

Según ejecutivos, se estima que los administradores externos tienen el mandato de invertir más de US$ 100 mil millones de fondos públicos saudíes en mercados globales.

Si bien la proporción de esa cifra invertida en participaciones canadienses sería “bastante pequeña en términos absolutos”, la venta de activos envió un fuerte mensaje, dijo una de las fuentes.

La liquidación comenzó el martes y enfatiza cómo la monarquía del Golfo está demostrando su poderío financiero y político para advertirle a las potencias extranjeras contra lo que considera como una interferencia en sus asuntos soberanos. “Estas son cosas serias”, dijo un banquero.

Medidas drásticas

La disputa entre Riad y Ottawa hizo erupción después de que Chrystia Freeland, la ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, exigiera la liberación de Samar Badawi, una prominente activista de los derechos de la mujer que tiene familia en el país norteamericano.

Badawi y otra activista fueron arrestadas la semana pasada como parte de las severas medidas que está tomando el gobierno contra voces disidentes, denunciaron grupos de derechos humanos.

En respuesta a las críticas de Freeland, Arabia Saudita expulsó al embajador canadiense, congeló nuevos negocios e inversiones con el miembro del G7, suspendió el programa de intercambio de estudiantes y detuvo los vuelos operados por la aerolínea estatal Saudi Arabian Airlines a Canadá.

Riad también dijo que iba a suspender los programas de tratamiento médico y que trabaja para transferir a los pacientes saudíes fuera del país.

El ministro de Relaciones Exteriores saudí, Adel al-Jubeir, dijo en una conferencia de prensa ayer que no habrían nuevas inversiones saudíes en Canadá hasta que la crisis se resuelva, pero agregó que los comercios e inversiones no se verían afectadas.

Sin embargo, un financista confirmó que los títulos canadienses han sido vendidos por instrucciones explícitas desde Riad.

“Canadá cometió un error y saben que deben corregirlo”, dijo Jubier.

Las acciones de la monarquía hacen eco de las medidas que Arabia Saudita y sus aliados regionales tomaron en contra de Qatar, desde que le impusieron un bloqueo regional en el Estado del Golfo hace un año.

La Autoridad Monetaria de Arabia Saudita, el banco central, tenía activos en el extranjero por US$ 506 mil millones en julio, la mayoría de los cuales están invertidos en el Tesoro de Estados Unidos. Fondos de pensiones como la Organización General para Seguro Social y la Agencia de Pensión Pública manejan activos adicionales.

El Fondo de Inversión Pública, el fondo de riqueza soberano saudí, también tiene activos por US$ 250 mil millones bajo administración, incluyendo participaciones en compañías globales como Tesla y Uber, como también en activos locales.

Inversionistas espantados

Desde que el príncipe Mohammed bin Salman se convirtió en heredero el año pasado, Riad ha adoptado un enfoque cada vez más asertivo para alcanzar sus metas de política doméstica y externa.

Se ha comprometido a abrir la conservadora monarquía, pero también ha demostrado una decreciente tolerancia a las críticas.

El año pasado, las autoridades congregaron a más de 300 príncipes y hombres de negocios y los detuvieron en el hotel Ritz-Carlton en Riad en una ofensiva contra la corrupción.

Las extraordinarias restricciones espantaron a la comunidad empresarial extranjera en momentos en que el príncipe Mohammed intenta atraer inversionistas extranjeros al reino para ayudarlo a concretar su visión de modernizar la economía saudí dependiente del petróleo.

Cuando se impuso el embargo en Qatar el verano (boreal) pasado, administradores de fondos dijeron que Arabia Saudita les había pedido que removieran las inversiones qataríes de sus portafolios y que se abstuvieran de usar el mercado de acciones en Doha.

Analistas dijeron que la decisión de Riad de vender los activos canadienses arriesga un mayor debilitamiento de la confianza empresarial en el reino.

“Este tipo de acciones no van a reafirmar a la gente sobre la estabilidad de hacer negocios allí”, dijo un importante inversionista de mercados emergentes.

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