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Chile: los riesgos relevantes

Benjamín Sierra Economista de Scotiabank

Por: Benjamín Sierra | Publicado: Martes 25 de julio de 2017 a las 04:00 hrs.
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El escenario de consenso ha ido apuntando cada vez más hacia un crecimiento económico mayor el próximo año, que sería acompañado de un nivel inflacionario muy contenido. Aun cuando no sea muy satisfactoria, convengamos que se trata de una feliz combinación que no habíamos visto recientemente y que surge de un conjunto de factores e hipótesis razonables. Algunas variables de mercado parecen estar respaldando este escenario, o cuando menos, no lo contradicen. El repunte que esperábamos para el segundo semestre en las tasas de largo plazo se inició un poco antes de lo esperado, pero es coherente. Otros activos probablemente incorporan otros elementos, aparte del crecimiento local.

Sin embargo, en todo pronóstico hay riesgos de que algo no salga como se esperaba. Conviene identificarlos, centrándose en los que tienen una probabilidad no despreciable y que, de materializarse, tendrían un impacto más relevante (y diría, negativo, aunque los riesgos positivos suelen involucrar oportunidades perdidas). En este caso, consideraremos dos que cumplen con esas condiciones, los cuales tienen origen distinto y consecuencias diferentes. Primero, un deterioro de las variables políticas internas respecto al escenario esperado. Esto significaría un retroceso de la confianza empresarial y podría traducirse en que lo que se esperaba para la inversión se reduciría o se esfumaría. Es evidente que algo así frena la trayectoria alcista de las tasas largas. Aun cuando el panorama bursátil global se mantuviera positivo, el desempeño accionario local sería inferior. El tipo de cambio tal vez recibiría un efecto moderadamente alcista.

En segundo término, supongamos que en China, a partir del último trimestre, ciertos eventos llevan a adoptar medidas que provocan una caída en las expectativas de crecimiento para 2018. Desde un punto de vista de la economía, esto ocurriría el próximo año, pero para los mercados financieros empezaría a sentirse inmediatamente. Lo normal es que el reciente ambiente positivo por los datos chinos esté ya incorporado en los precios de muchos activos. Habría una caída en el precio del cobre (un -20%, por ejemplo). El aumento del tipo de cambio nominal en el mercado local sería inmediato, lo que obligaría a revisar al alza el calmo panorama inflacionario. El fenómeno causaría un severo ajuste en las expectativas de expansión económica de Chile. La navegación de la política monetaria en estas aguas procelosas y poco profundas requeriría gran destreza y la política fiscal recibiría un impacto en lo que nos han dicho que es su mayor debilidad.

Conclusión: recordando que estos son escenarios de riesgo, conviene disponer de flexibilidad. En el primer caso, la solución de cartera puede ser relativamente obvia, aumentando la inversión en renta fija de mediano plazo y la ponderación del componente extranjero en general. En el segundo caso, el resultado es más difícil de manejar, pero probablemente habría que optar por deuda extranjera de mejor clasificación y mercados accionarios desarrollados. Dependiendo del grado del temporal que se desatara, tal vez convendría tener ubicado un cobertizo donde refugiarse por un tiempo, aunque sea con bajas rentabilidades, pero del que sea fácil salir rápidamente.

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