Cobre chileno para enfrentar el cambio climático

Si hay un reto que preocupa y está en la agenda de buena parte de la comunidad internacional es cómo hacer frente al cambio climático y sus consecuencias. El consenso científico es claro: el aumento de la temperatura global es real y la principal causa está en la acción humana, debido al aumento de gases con efecto invernadero, principalmente CO2, por el uso masivo de combustibles fósiles.

La buena noticia es que, gracias a la masificación de nuevas tecnologías y las políticas que están adoptando países, empresas y organismos multilaterales, es posible aminorar el cambio climático y avanzar hacia una economía “descarbonizada”, más limpia y más sustentable.

En ese contexto, el cobre es clave ya que es uno de los metales imprescindibles para la construcción de fuentes de energías renovables no convencionales, así como en los sistemas de transmisión y distribución de éstas. Un ejemplo de ello es la masificación de la electromovilidad. Hoy circulan por el mundo apenas tres millones de vehículos eléctricos. Pero la cifra se multiplicará en los próximos años, a medida que se concreten las metas de prohibir la venta de automóviles a base de combustibles fósiles, como es el caso de la India (2030), Francia (2040) y Holanda (2025).

Las proyecciones dan cuenta del crecimiento esperado de estos vehículos en el mercado. La International Copper Association, a través de un estudio realizado por IDTechEx, estima que en 2027 circularán 27 millones de vehículos eléctricos por el mundo, mientras que Bloomberg, en un reporte de julio pasado, calcula que al 2040 las ventas de coches eléctricos llegarán a los 64 millones anuales. ¿Por qué es importante esto para la minería del cobre? Porque los vehículos eléctricos requieren entre 4 a 5 veces más cobre que los coches convencionales. El mismo estudio de Bloomberg estima que para el aumento de vehículos eléctricos se requerirán 7 millones de toneladas de cobre, esto es 1,3 veces la actual producción de cobre del país.

Chile está bien posicionado para aprovechar esta oportunidad global, porque es el principal productor de cobre del mundo (con 5,6 millones de toneladas al año) y cuenta con las mayores reservas conocidas del mineral (aprox. 30%). Para el país, este desarrollo representa una oportunidad única, puesto que la demanda de cobre crecerá.

Sin duda son buenas noticias, puesto que se abre la oportunidad de que el cobre siga impulsando nuestro desarrollo. Pero más importante aún es que el cobre chileno ya es y será una pieza clave para alcanzar una economía baja en emisiones de carbono, contribuyendo decisivamente a enfrentar el reto global del cambio climático y legarles a las generaciones futuras un mundo más sostenible.