El tsunami del empleo

Jorge Bianchi

Nuestra mente es fértil mientras es curiosa y busca comprender el mundo que nos rodea. Se vuelve rígida y arriesga obsolescencia cuando cree que ya tienen las respuestas y modelos que necesita para manejarse en el mundo. El problema con la obsolescencia es que ocurre como con el lobo en la historia de los tres chanchitos, “viene el lobo… viene el lobo…,” decía un chanchito varias veces, y cuando terminó siendo cierto ya nadie hizo caso. Hoy varias maneras de pensar sobre la economía y los negocios están experimentando justamente este proceso. El impacto de ello en como vemos y actuamos respecto del futuro del empleo es de alto riesgo.

El empleo vive hoy una amenaza sin comparación, no solo por la escala de la amenaza sino por la forma acelerada en que se dan los acontecimientos. Conversando con personas muy informadas observo como predomina el paradigma de que el empleo de alguna manera se resuelve a sí mismo. Es decir, conforme algunas industrias intensivas en empleo van automatizándose o siendo desplazadas por otras, surgen nuevas actividades en la economía que logran demandar suficiente trabajo para absorber la capacidad que va quedando cesante. En este paradigma, el problema del empleo se reduce a un asunto de períodos de desempleo más elevado, seguidos de períodos de mayor empleo, conforme las personas logran adaptar sus capacidades y reubicarse.

El desafío con este paradigma es que nos lleva a concentrarnos principalmente en el crecimiento de la economía como motor del empleo y a mostrar una marcada pasividad en otros posibles ámbitos de acción. Chile está invirtiendo en tecnología y automatización. Antes los procesos de adopción tecnológica eran lentos, con tortuosos y largos procesos de implementación. Pero ahora crece muy rápidamente la oferta de soluciones listas, de bajo costo, que se interconectan rápidamente con sistemas de la empresa, incluso incorporando cada vez más inteligencia artificial. Estamos siendo testigos silenciosos de como progresivamente comienza a desacoplarse el crecimiento económico del empleo.

Fue muy alentador en la reciente ENADE escuchar a la CPC seriamente preocupada por este fenómeno. Celebro la iniciativa ChileLink impulsada por Alfonso Swett, que permitirá a las personas en Chile capacitarse online a través de la plataforma LinkedIn en competencias en creciente demanda. Creo que no será suficiente. Se requiere de un gran plan de acciones concertadas a nivel país, que involucre al motor privado, al ámbito público y a la sociedad civil, para poder manejarnos con cierto éxito ante este silencioso tsunami que se nos acerca.