Columnistas

Encuestas y recuperación de la confianza

Felipe Bravo economista jefe Banco Santander

Por: Felipe Bravo | Publicado: Lunes 16 de enero de 2017 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

En estas últimas semanas hemos sido testigos de una batería de encuestas de opinión políticas, económicas y sociales. En general e independiente de la empresa que las construye, todas evidencian tendencias similares. En efecto, tanto las de carácter político como las que evalúan la percepción económica dan luces inequívocas del estado por el que atravesamos y que ha sido refrendado por las últimas cifras.

Me gustaría dedicar un tiempo a mencionar las principales distinciones de éstas, partiendo por tres grandes hechos. El primero es que diversas mediciones de expectativas de personas y de empresas nos sitúan por ya varios años en el ámbito negativo. Un segundo elemento es el punto de inflexión, sobre todo en personas, donde más que ver una recuperación del optimismo, vemos que dejó de empeorar. Es así como si bien todavía hay una gran cantidad de métricas que están en terreno negativo, otras por ya más de un trimestre tienen un repunte gradual, aunque lento. Finalmente, salvo la minería y el comercio, todavía no vemos una recuperación de la confianza de las empresas.

A partir de estos elementos, entendemos algo más de nuestra economía, ya que esta trayectoria por la zona del pesimismo ha sido crucial para comprender el menor dinamismo de la inversión y muy especialmente del consumo privado, que pasó de crecer 6,2% promedio en la primera parte de la década a solo 2,7% en lo que llevamos de la segunda.

Pese a lo anterior, no cabe duda que el consumo es y seguirá siendo el principal impulsor de la actividad económica agregada. En efecto, con una menor inflación, recortes en la tasa de interés por parte del Banco Central y, por sobre todo, un repunte de la confianza de personas y empresas, es esperable que en 2017 vengan mejores cifras.

Ahora bien, este dinamismo solo viene a confirmarnos que este año creceremos más que el anterior, pero aún muy por debajo de nuestro producto potencial, y enfrentando también dudas e incertidumbres. En el caso del gasto interno, nuestro mercado laboral ha mostrado una destacada capacidad de adaptación, pues ante menores tasas de expansión del empleo asalariado han surgido los por cuenta propia, que si bien son más precarios, nos habla de la capacidad del chileno de reinventarse en momentos complejos.

Además, para crecer a nuestro ritmo potencial es necesario que la inversión se recupere, ya que tradicionalmente detrás de ella se apalanca un mayor dinamismo. Sin embargo, esto último no ha sido el caso reciente de EEUU, donde el principal motor es el consumo. Debemos evitar ser como ellos y no es fácil si es que el pesimismo se mantiene por años en diversas ramas de la actividad. Es más, sin un giro de esta tendencia es imposible que haya un cambio significativo en el crecimiento, y solo veremos un repunte de la inversión por la necesidad de reponer equipos por obsolescencia más que por acumulación de nuevo capital.

Nuestra tarea es volver a crecer por sobre el potencial, por lo que urgen señales claras que propicien un impulso más rápido. Éstas pueden venir de afuera, como podría ser un aumento persistente en el precio de las materias primas o la recuperación de la demanda de nuestros vecinos regionales, o también ser internas como podría representarlo el nuevo ciclo político que comienza el próximo año. Sin embargo, el impacto efectivo de este último estará dado por hechos concretos que debemos buscar en la oferta programática de los diferentes candidatos a ocupar cargos de representación popular. Es así como serán cruciales los planteamientos para perfeccionar nuestro mercado del trabajo y dinamizar la inversión, con políticas concretas para mejorar la vida de todos.

Nuestro país al igual que el mundo atraviesa por momentos de incertidumbre, por lo que necesitamos dilucidar qué pasará con algunos riesgos o amenazas globales. En el intertanto, tenemos la posibilidad de continuar mejorando nuestra confianza y mirar el futuro con más optimismo. Este pequeño acto será muy relevante para volver a tomar grandes decisiones que mejoren el bienestar en el corto o mediano plazo. Ojalá que las encuestas de opinión no solo ratifiquen esta tendencia al alza, sino que mejoren sustantivamente durante el año.

Lo más leído