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La verdad incómoda de Biden sobre Putin

EDWARD LUCE© 2022 The Financial Times Ltd.

Por: EDWARD LUCE | Publicado: Miércoles 30 de marzo de 2022 a las 04:00 hrs.
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EDWARD LUCE

La definición de un error en Washington es decir la verdad en un momento incómodo. El sábado, Joe Biden expresó en voz alta lo que todo líder occidental seguramente desea en privado: el fin del gobierno de Vladimir Putin. Lo incómodo es que el cambio de régimen ruso ahora podría confundirse con el objetivo explícito de la OTAN. Eso, por supuesto, podría resultar en reducir la posibilidad de que Putin estableciera términos que puedan poner fin a la invasión rusa de Ucrania.

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La declaración de Biden no se puede borrar, aunque los funcionarios de la Casa Blanca han hecho todo lo posible para darle una orientación diferente. Insistieron en que cuando Biden dijo que Putin "no puede permanecer en el poder", lo que quería decir era que no debería ejercer poder sobre otros países. Además, las palabras de Biden no estaban en el texto del discurso que pronunció en el castillo real de Varsovia el sábado.

Eso está muy bien. Pero el efecto del comentario podría dificultar el mantenimiento de la unidad democrática que fue el mensaje principal de su discurso en Varsovia. El domingo, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, instó a los líderes occidentales a evitar la retórica escalada, ya que podría resultar en que sea menos probable que Putin participe en la mesa de negociación. En los últimos días, Biden había llamado a Putin "carnicero" y "criminal de guerra", nuevamente diciendo en público lo que los líderes occidentales creen en privado.

¿Algo de esto cambiará los cálculos de Putin en la práctica? La respuesta es que probablemente no. El líder de Rusia ya ha pasado el punto de no retorno con su guerra indiscriminada, aunque militarmente incompetente, en Ucrania. Ha dejado en claro que su objetivo final es traer de vuelta a Ucrania y probablemente a otros territorios exsoviéticos al redil de la madre Rusia. Cualquier cesación de fuego o trato mayor que Putin pudiera ofrecerle al presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, sería tratado con el mayor escepticismo.

Pero la creciente sensación de que la destitución de Putin es el verdadero objetivo final de EEUU podría dificultar la consecución de cualquier acuerdo interino. Dada la visión de Biden sobre Putin, es difícil imaginar las circunstancias en las que EEUU reincorporaría a Rusia a la economía global mientras Putin todavía esté a cargo.

Además, la presión interna de EEUU se está inclinando hacia una escalada. En marcado contraste con la historia estadounidense posterior a Vietnam, el consenso liberal estadounidense es hoy al menos tan entusiasta como el de la derecha conservadora. Algo de esto es una reacción a la admiración de Donald Trump por Putin. Por primera vez desde principios de la Guerra Fría, cuando los republicanos se dividieron entre aislacionistas e internacionalistas, los liberales estadounidenses son al menos tan agresivos como los conservadores.

En tal clima, sería políticamente insoportable para la administración de Biden aceptar cualquier "reinicio" con Rusia mientras Putin permanezca en el poder. Hablar de ofrecerle a Putin "puertas de salida" diplomáticas del atolladero ucraniano —y vías que le permitirían guardar las apariencias— parece cada vez menos plausible. Aquí yacen posibles divisiones occidentales. Dado que Biden ha dejado en claro que EEUU no intervendrá directamente en Ucrania, el mensaje subyacente es que Occidente luchará contra Rusia hasta el último ucraniano.

La implicación también es que a EEUU le resultará muy difícil respaldar cualquier acuerdo con Putin. A medida que continúa la guerra, y Europa absorbe millones de refugiados más y sufre un menor crecimiento económico, la brecha entre las líneas rojas implícitas de EEUU y lo que gran parte del continente tolerará podría convertirse en un problema.

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