Padre Hugo Tagle

Fuerza de mujer

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 13 de marzo de 2017 a las 04:00 hrs.
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La pasada celebración del Día Internacional de la Mujer regala una buena excusa para reflexionar sobre su situación. Si bien se han dado avances en materia de defensa de sus derechos, aún falta mucha tela que cortar.

La mayoría de los avances se han dado en el mundo cristiano occidental. De Oriente o África ni hablar. Hay regiones en que la mujer no vale nada, no figura. Pero el hecho de que en otras partes no se respeten sus derechos, no es motivo de complacencia sino de acicate para seguir progresando. Aún muchas mujeres entre nosotros viven en pésimas condiciones de vida, adultas mayores pobres o en situación de abandono, en la miseria, mucho peor que los hombres. Ellas son el rostro más vulnerable de las mujeres que hoy abogan por una mayor visibilización en la sociedad.

El Papa Francisco, en una reflexión de hace unas semanas sobre la Creación, subrayó el imprescindible valor de la mujer: “Cuando falta la mujer, falta la armonía. Solemos decir ‘esta es una sociedad con una marcada actitud masculina’ ¿no? Falta la mujer (...) Es ella la que trae esa armonía que nos enseña a acariciar, a amar con ternura y que hace del mundo una cosa bella”. Su capacidad de superación, su coraje ante la adversidad, su adaptabilidad a las situaciones más adversas son otras de sus virtudes.

Sería bueno revisar las causas del machismo, muchas veces más enquistadas en mujeres que menosprecian a sus pares que en los hombres. Una educación respetuosa de la mujer comienza en la casa, en la familia, donde se enseña, desde la primera infancia, a respetar al otro, a tratarse como iguales, a realizar tareas en conjunto con los varones. Una madre puede hacer mucho por erradicar costumbres machistas: pidiendo a sus hijos hombres iguales tareas que a las mujeres. No hay nada en casa que no pueda realizar igualmente un hombre: cocinar, lavar, planchar, tender la ropa, limpiar, poner flores o regar. Son los pequeños abusos machistas -que lamentablemente toleramos con cierta complicidad- los que llevan a abusos de poder y explotación. Quien respeta a la mujer en lo cotidiano, será respetuoso de sus derechos en todo orden de cosas.

El Papa también advirtió contra la explotación de la mujer, “un crimen de lesa humanidad. Pero explotar a un mujer es más, es destruir la armonía que Dios ha querido dar al mundo”.

Un desarrollo social armonioso, pasa por el respeto a la mujer, que sus derechos sean los mismos que los de los hombres; porque las tareas hogareñas, familiares y laborales sean sana y sabiamente distribuidas. Con fuerza de mujer.

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