La Iglesia que amo: servicial, humilde, cercana

Padre Hugo Tagle

Gran polvareda se ha levantado en torno a los temas eclesiales. Cuesta dar una opinión cabal sobre el tema, ya que "los árboles impiden ver el bosque". Entre tanta información, mucha de ella irrelevante, perdemos el norte. Soy de la idea que los focos deberían reorientarse a la figura del principal inculpado y, la verdad, el único: el padre Karadima. Se enloda e involucra a terceros y eso no es justo. Se falta a la verdad y de paso se exculpa a su persona, que está pagando ya en parte el daño que ha provocado a la Iglesia.

Dejemos que la justicia haga lo suyo.La verdad nos hace libres. Todo lo ocurrido en torno a Karadima es una invitación a ser más humildes, severos con quien abusa, escuchar y atender más a las posibles víctimas y a servir mejor a las personas.

Como dijo muy bien Monseñor Goic en una entrevista: "Cada vez que la Iglesia abandona el camino de Jesús para preocuparse de asegurar cuotas de poder y de prestigio, la oscuridad ha impedido que florezca el Evangelio. Tenemos que volver a nuestra fuente." En efecto, volver la mirada al Señor, ser más humildes, serviciales, desprendidos, será el mejor antídoto contra abusos y faltas graves.

Esto requiere una renovación constante, una revisión crítica de uno mismo. Lo que reprocho a otros, debo buscarlo en primer lugar en mí mismo. En la misma entrevista, monseñor Goic señaló: "El Papa Francisco ha venido a recordarnos que la conversión no es una tarea de "otros", sino de cada uno. Yo, obispo, soy el primer invitado a mirar mi vida frente al espejo del Evangelio. La Iglesia pierde su rumbo cuando su palabra y su acción excluyen y alejan a las personas. El Papa nos invita a un tiempo especial de misericordia, a acoger, a salir, a curar, a recordar que Dios nos ama a todos con infinita bondad. Si como Iglesia nos equivocamos con sectarismos y clericalismos, hoy es el tiempo de reparar el error."

Como se dice: "Iglesia somos todos". Cualquiera sea su credo, buen lector, viva su fe coherente y activamente. Pregúntese todos los días "¿Qué puedo hacer por mi Iglesia, mi comunidad? Lo invito a cultivar tanto mirada crítica como propositiva; esperanzadora y dispuesta a dejarse complementar.

Buena parte de los problemas que nos han generado las malas conductas del padre Karadima, tienen que ver con una cierta pasividad, letargo, abulia de su entorno. Se ha apuntado con el dedo a quienes no tienen nada que ver con sus secretas tendencias. Se podrá reprochar lentitud y dubitación a los Cardenales Errazuriz y Ezzati, pero nunca encubrimiento o negligencia.