Padre Hugo Tagle

Una visita memorable

Padre Hugo Tagle En twitter: @hugotagle

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 22 de enero de 2018 a las 04:00 hrs.
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Padre Hugo Tagle

Hay mucho pan para rebanar tras la visita del Papa Francisco a Chile. Hay algunos datos que permiten hacer un balance positivo, a pesar de la lectura negativa de algunos.

Recordemos que fue una fecha compleja, en medio del tiempo semi-veraniego que vive Chile en enero.

Luego, el sofocante calor y la distancia a los lugares de encuentros masivos.

En Temuco los fieles tuvieron que caminar más de 5 kilómetros para llegar al lugar de la misa. Muchos pasaron el frío de la noche al descampado en Maquehue. Otro tanto en Iquique, donde el lugar de la misa estaba a 10 kilómetros y no había posibilidad de hacerlo a pie.

Yo pude participar del encuentro en la Catedral, en la Universidad Católica y de la misa de Parque O´Higgins el martes 16. Allá partí como a las 4:30 de la madrugada.

El metro venía ya lleno con familias, jóvenes y niños. ¡Fieles muy “aperrados”! que soportaron el cansancio para, en el caso de muchos, poder ver al Papa solo a la distancia.

Más de 400 mil feligreses acompañaron al Santo Padre. Reinó un ambiente de oración, recogimiento, alabanza.

Tras la comunión, se produjo un gran silencio. Todos rezaban, acompañando al Papa. A lo lejos, solo se escuchaba el ruido de los autos. Un momento mágico, de oración profunda y serena.

El Papa vino a confirmarnos en la fe. Con un lenguaje sencillo, nos invitó a encontrarnos unos a otros; a derribar desconfianzas, a mirarnos a los ojos, a aprender del otro.

“Chile sabe de reconstrucciones” nos dijo. Podemos superar la adversidad y la desunión.

Gracias Santo Padre, por abrirnos las puertas de la cárcel de mujeres. Esa realidad cruda, dolorosa y vergonzosa, a la que no queremos ver.

Dijo la Hermana Nelly Leon en esa oportunidad: “50 mil hombres y mujeres pobres y vulnerables, privados de libertad en Chile. Digo pobre, Santo Padre, porque lamentablemente en Chile se encarcela la pobreza”.

Gracias Santo Padre por recordarnos el mundo de los más postergados, a través del encuentro con organizaciones sociales en el Hogar de Cristo.

Gracias por recordarnos que somos una nación compuesta por múltiples pueblos, entre ellos el mapuche. ¡Usted oró en mapudungún! ¡Gracias!

Y podemos seguir agradeciendo: el paso por las calles, el encuentro con algunas víctimas de vergonzosos abusos por parte de consagrados, su petición de perdón en la Moneda, la misa en Iquique.

En fin, sus sabias palabras que serán material de reflexión y carta de navegación para hacer de Chile un país más justo, pacífico, fraterno.

Y nos trajo la paz ¡Gracias Papa Francisco!

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