Elección británica y escenarios para el Brexit
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Independiente de que la primera ministra británica Theresa May pretendiera transmitir ante los medios que el resultado de las elecciones del pasado jueves no alteran el plan trazado para negociar a partir de la próxima semana el proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit), lo cierto es que su administración se encuentra en una posición política debilitada que podría no ser indiferente para las empresas y ciudadanía británicas.
El antecedente de que el pesimismo ha crecido significativamente entre las empresas del Reino Unido (sólo un 20% de los ejecutivos tiene expectativas positivas para los próximos 12 meses según una reciente encuesta), sumado a las fisuras que se aprecian al interior del propio oficialismo sobre la forma en que se debe gestionar el Brexit y las versiones que en voz alta emiten destacados analistas en cuanto a que es posible que Theresa May deba dar un paso al costado y convocar a nuevas elecciones, tiene al gobierno de ese país mal parado frente a una coyuntura de alcances históricos y de gran complejidad técnica y política.
Se trata de un cuadro abierto a cambios, los que muy probablemente podrían ser significativos y sobrevenir a muy corto plazo.
