Editorial

Fondos en las AFP: invertir, no apostar

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iles de cotizantes de AFP intentaron acceder simultáneamente antenoche a las páginas web de algunas administradoras para cambiarse de fondo, siguiendo una recomendación de la organización Felices y Forrados.

Ello no sólo hizo colapsar los servidores de varias AFP ante la súbita alza de demanda, sino que volvió a encender la discusión sobre la posible conveniencia de regular a quienes entregan este tipo de consejos o asesorías previsionales, por los efectos indeseados que pueden traer a los afiliados que los sigan como al sistema en su conjunto.

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Tanto la Superintendencia de Pensiones como el Banco Central han propuesto regular la actividad de estos agentes. En su último Informe de Estabilidad Financiera, el instituto emisor señaló que los afiliados se arriesgan a contratar asesores sin los necesarios conocimientos o que tengan conflictos de interés, y a recibir información sin sustento o incluso falsa, entre otros. De hecho, se ha reactivado en la comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados un proyecto que exige estar inscrito en el registro de la Superintendencia de Pensiones para poder prestar asesorías previsionales, y que fija diversas multas en caso contrario.

Desde luego, tratándose de las pensiones, éstas son asesorías especialmente sensibles. Otras entidades que recomiendan a sus clientes qué hacer con sus fondos, como los bancos de inversión, sí están supervisadas. Y que una institución con el prestigio y la credibilidad del Banco Central se incline por regular los servicios mencionados debe ser tomado en cuenta.

El problema podría abordarse desde dos frentes a la vez: por un lado, una fuerte y sostenida arremetida en la educación financiera de las personas (un área comprobada de gran debilidad), a fin de que dichas asesorías vayan perdiendo sentido y demanda; por el otro, una eventual regulación transitoria de la actividad, a revisar en función de los avances en la primera área. El objetivo no es coartar la libertad de los cotizantes para invertir sus recursos como ellos lo decidan, sino protegerlos de un juego de apuestas con sus pensiones.

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