La gestión hídrica como desafío país

A mediados de la semana pasada el Gobierno decretó en emergencia agrícola a cuatro regiones (Coquimbo, Valparaíso, O’Higgins y Maule) debido a la grave sequía que afecta al país y que ya se prolonga por 13 años, lo que incluyó $ 8 mil millones destinados a un fondo especial. En abril ya se había decretado en emergencia a la Región de Los Lagos y ayer el Presidente Piñera hizo lo propio para la Metropolitana, que además de muy golpeada por la sequía es la región que más agua potable consume.

Con esto ya son cerca de la mitad de las comunas del país las que se encuentran en emergencia agrícola debido a la escasez de agua. Ello está generando fuertes presiones sobre la producción de alimentos, pues muchos agricultores ya han llegado a la etapa en que deben priorizar el riego de determinados cultivos en desmedro de otros, para así no arriesgar la pérdida de toda su cosecha.

Ayer también fue presentado un “Plan contra la Sequía” para proteger el abastecimiento de agua para uso agrícola y consumo humano, organizado en 10 pilares. Pero si bien las medidas dan cuenta de una indispensable preocupación del Estado por este grave problema, no parecen transmitir -al menos vistas desde el prisma de la opinión pública- el agudo sentido de urgencia que esta situación amerita.

El reciente informe del panel de la ONU sobre cambio climático, con sus dramáticas conclusiones, sirve para poner de relieve el carácter estructural -es decir, de muy largo plazo- del desafío hídrico. Hablar de sequía es, en cierto sentido, engañoso, pues todo indica que no se trata de un transitorio período de bajas precipitaciones, sino de un fenómeno que nos acompañará por largo tiempo, y que probablemente empeore mucho antes de mejorar, en un futuro aún distante.

Como política pública, la gestión hídrica no ha tenido hasta ahora la prioridad y visibilidad que la gravedad del problema justifica ampliamente. Las medidas anunciadas, aunque bienvenidas, deben integrarse en una estrategia nacional de largo plazo que necesariamente cruzará sucesivos gobiernos.