Recomendaciones del Consejo Fiscal Autónomo

n el marco de una discusión pública en la que predomina la presión por ayudas más universales y de mayores montos, el Consejo Fiscal Autónomo (CFA) ha emitido en días recientes una oportuna guía orientadora. Entre los diez puntos que contiene, cabe destacar dos conceptos de vital importancia como marco de referencia: las medidas implementadas para hacer frente a la crisis derivada de la pandemia deben ser esencialmente temporales, con plazos máximos; y deberían tratarse de forma independiente de las reformas que busquen solucionar problemas estructurales de política pública, entre lo cual se incluyen los mecanismos de financiamiento.

Es nociva la tendencia a proponer sucesivamente nuevas medidas de apoyo, careciéndose de un marco de referencia claro que delimite sus bordes, y con propuestas de financiamiento que surgen de iniciativas tributarias aisladas, de dudosa efectividad -algunas derechamente inconstitucionales-, sin consideraciones por su efecto sobre la economía como un todo. De ahí que resulten muy oportunas las recomendaciones del CFA en cuanto a que el financiamiento de las medidas de corto plazo debería surgir de una combinación entre utilización de ahorros y mayor endeudamiento, así como en reasignaciones de otros gastos, más que en nuevos tributos, los que deberían formar parte de una discusión de largo plazo.

Esto, en un contexto en el que también se resalta la necesidad de empezar a delinear un proceso de ajuste que permita estabilizar la deuda pública y volver a equilibrar las cuentas fiscales. La antigua regla fiscal, que empezó a desvirtuarse en los años previos a la pandemia, ya está virtualmente olvidada. La nota del CFA es también un llamado a recuperar y fortalecer la institucionalidad fiscal.

Las cuentas fiscales ordenadas permiten al país acceder a financiamiento en condiciones más ventajosas, lo cual no sólo es positivo para viabilizar nuevos proyectos de inversión que generan empleos, sino también para permitir que sean más bajas las tasas de interés que afectan a las familias para financiar sus necesidades de consumo, bienes durables y vivienda.