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Cristóbal Bellolio: "Estamos en un escenario tan dramático que, hoy día, la misión de Piñera es terminar su mandato"

El cientista político también cree que "la violencia, en la práctica, hizo avanzar la agenda de la izquierda".

Por: Claudia Rivas | Publicado: Jueves 23 de enero de 2020 a las 17:05 hrs.
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Foto: José Montenegro
Foto: José Montenegro

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Está, como la mayoría de los intelectuales chilenos, tratando de comprender en su total dimensión las causas y el alcance del estallido social que se inició el 18 de octubre pasado. Un movimiento social que tiene muchas aristas por lo que no se puede ser tan categórico en su análisis, sostiene el cientista político Cristóbal Bellolio. En esta conversación con Diario Financiero desmenuza la situación del gobierno y ChileVamos a raíz de la crisis y el proceso constituyente.

-¿Cómo se entiende que la derecha haya suscrito un acuerdo del que se esté bajando gran parte del sector?
-Es que no se está bajando, lo que está diciendo parte de la derecha es que firmó un acuerdo para iniciar un proceso constituyente, pero es perfectamente legítimo que a la pregunta que abre el proceso vote de un modo o de otro.

-¿Por qué gente que parecía más proclive a aprobar ahora anuncia rechazo?

-Mi impresión es que la derecha siente que cuando se sentó con la izquierda a firmar el acuerdo -por eso le pusieron Acuerdo por la Paz- era pasando y pasando, 'yo te paso la cabeza de Guzmán en una bandeja y tú me apagas las fogatas de la calle'; como eso no sucedió, la derecha se siente traicionada, siente que la estafaron. Pero el error era creer que la izquierda tenía ese control.

-La izquierda nunca dijo que al firmar el acuerdo la manifestaciones terminaban per se.

-No, pero sí es cierto que la violencia, en la práctica, hizo avanzar su agenda, ellos jamás habrían llegado a echarse la Constitución de Pinochet si es que no se hubiera producido el estallido social y la violencia que vino con él. Es un poco cínico separar la protesta pacífica de la protesta violenta, son caras de la misma medalla.

-¿Cómo ha visto a Evópoli en este proceso?

-Ha tenido que enfrentar un periodo complejo y creo que principalmente desde que (Gonzalo) Blumel y (Ignacio) Briones se transformaron en los ministros más importantes del gabinete.

-¿Por qué?

-Porque hoy día es el rostro político del gobierno y, en ese sentido, ha tenido menos libertad que RN, por ejemplo, para poder jugar por la libre.

-También es mérito de Desbordes, ¿o no?

-Es cierto que Mario Desbordes ha sido estratégicamente muy inteligente al tratar de posicionar a su partido como articulador de acuerdos; en cambio, Hernán Larraín Matte tiene el problema de que si bien en su ADN es más liberal que Desbordes, hoy día tiene la presión de ser el presidente del partido eje político del gobierno y eso le quita libertad, está obligado a ser más oficialista que todos los demás.

-Alguna vez usted dijo que Evópoli tenía que cuidarse de que RN lo adelantara por la izquierda, ¿eso es lo que está pasando?

-En esta coyuntura sí. Pero me refiero a Desbordes y a algunos parlamentarios, no a RN en general, porque el partido tiene distintas sensibilidades y algunos son más derechistas que la UDI e incluso están con José Antonio Kast.

-Entonces, ¿cuál es el desafío de Evópoli?

-El problema de Evópoli hoy día es que es el rostro de un gobierno que tiene un 6% de aprobación. Yo creo que nació para votar apruebo. Evópoli es el primer partido de derecha auténticamente post Pinochet, qué mejor manera que probar eso que diciéndole chao a la Constitución de Pinochet.

-¿El Presidente y su gobierno debieran liderar una postura respecto del plebiscito?

-Parte de mí cree que el gobierno debe ser el árbitro más que jugador, me gusta esa prescindencia del jefe de Estado en una decisión de esta envergadura; por otro lado, desde la perspectiva de un presidente con un 6%, yo me subiría a caballo ganador. Estratégicamente hablando a Piñera no le vendría nada de mal una victoria en algo.

-En su primer gobierno, Piñera tenía que defender la continuidad, aunque no ocurrió, ¿qué defiende, a estas alturas, con un 6%?

-Estamos en un escenario tan dramático que, hoy día, la misión de Piñera es terminar su mandato y, quizás, si el proceso constituyente sale bien, los libros de historia sean benevolentes con él.

-¿Eso para un presidente que siempre aspiró a quedar en la historia?

-Y probablemente nunca pensó que sería por esto. Por ahora creo que el proceso constituyente ayuda a Piñera. En un momento en el cual no hay muy buenas noticias en el horizonte, no es una mala idea apostar al éxito del proceso constituyente.

-¿Qué rol está jugando la UDI en todo esto?

-La UDI está en una posición muy compleja; porque, si es que salimos de la discusión contingente y nos ponemos en perspectiva, es el modelo político y económico que la UDI favorece el que supuestamente está en crisis y siendo rechazado por los chilenos.

-¿Entonces?

-La razón de ser de la UDI, que era defender la obra del régimen militar, está en entredicho y debe ser desconcertante no entender muy bien por qué la gente rechaza las ideas que consideras que han sido muy buenas para Chile y qué rol tienes que jugar hacia adelante. La UDI está en un dilema existencial y tiene que replantearse qué ha sido y qué quiere ser.

-¿Y en el contexto del proceso constituyente?

-Me parece que un tipo como José Antonio Kast en un escenario de paralización, como el que tememos actualmente, articula o bocea mucho mejor que la UDI la sensibilidad de ese mundo que está más asustado con lo que está ocurriendo. Si yo tuviera que elegir un vocero para el rechazo, ese sería José Antonio Kast.


 "Que Briones no sea de los elencos de siempre es valorado en un escenario de crisis"

En medio de la crisis, Bellolio destaca el ingreso al gobierno de una generación joven y en ella la figura del ministro de Hacienda, Ignacio Briones, quien –a su juicio- sintoniza mejor que su predecesor con lo que ocurre y está, entre otras cosas, más abierto al diálogo.

-Esa mirada es compartida por muchos, ¿a qué lo atribuye usted?

-Una de las aristas de esta crisis tiene que ver con el agotamiento definitivo de la generación política de la transición. Es una impugnación de las elites políticas, de su legitimidad para gobernar; en Chile, esas elites han sido más o menos las mismas durante 30 años, es la generación del Presidente. Ese elenco estaba en una posición muy deslegitimada para conducir este proceso y Briones, en cambio, pertenece a un elenco que no estaba en primera línea.

-Mucha gente no lo conoce...

-De hecho todavía está tratando de subir algunos puntitos de conocimiento. El hecho de que no venga de la política tradicional, que no sea de los elencos de siempre; sumado a que tiene un tono menos socarrón, más dialogante, más abierto a estar equivocado...esa fibra, ese tono, esa frecuencia es positivamente valorada en un escenario de crisis y movilizaciones.


 

"Piñera ha sido un privilegiado, nunca ha mordido el polvo"

-Da la impresión de que mientras el gobierno abandonó su programa porque no le quedaba otra, adoptando una agenda más cercana a la de Bachelet, los partidos de Chile Vamos se han ido derechizando más.

-No comparto esa opinión. Creo que los partidos de Chile Vamos se han visto igual de desconcertados, porque si bien esta es una crisis del gobierno también es una crisis más profunda que desafía muchas cosas en que todo el sistema político creía. Con el estallido algo hizo clic y no tiene que ver solo con la gestión de Sebastián Piñera.

-¿Y por qué ocurre en su gobierno?

-Si la frase de que 'no son 30 pesos son 30 años' es cierta esto le podría haber ocurrido a cualquiera. Pero es Piñera, su gabinete y su gobierno, el que encarna probablemente los mayores símbolos de los males contemporáneos -desde la mirada quizás más populista-, que es una elite política y económica; Piñera combina en un solo personajes ambas y los ministros –Juan Andrés Fontaine, Felipe Larraín y otros- que con sus frases contribuyeron a combustionar el malestar, pertenecen a la misma elite.

Por qué no le pasó a Bachelet. Porque en algunas de las dimensiones de la complejidad del personaje, Bachelet no es elite, de partida es mujer. Piñera en cambio, en todos los ejes de opresión –por así decirlo- está como el privilegiado: es hombre, heterosexual, blanco, de edad madura, católico, capitalino, de colegio de elite, del barrio más pituco de Chile, se mueve en helicóptero, evade los impuestos... Entonces, es difícil no interpretar en su figura, en su elenco, el tipo de elite, de establishment, contra el cual este movimiento se manifiesta.

-¿Son malas esas características?

-No quiero decir que haya algo malo en poseer esa características, lo que digo es que en un país diverso, cada vez más consciente de las diversas formas en que se manifiesta la opresión, es complejo que la persona que está a cargo, al mando, y que dice representarnos a todos, pertenezca en todos los ejes, por así decirlo, a lo que uno entendería como el privilegiado y no como el que ha sufrido los dolores. En ninguno de estos ejes Piñera ha mordido el polvo.

 

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