Reportajes

Interrupción de clases y crisis alimentan fantasma del abandono escolar

El ministerio de Educación cifra en 80 mil los jóvenes que podrían dejar la escuela. Grupo de expertos coincide en el grave perjuicio del cierre de las aulas y en julio entregarán propuestas. Liliana Cortés, directora de la Fundación Súmate, dice que la flexibilización del sistema podría ayudar “a contener esta fuga”.

Por: Sofía Irarrázaval | Publicado: Viernes 26 de junio de 2020 a las 04:00 hrs.
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Foto: Agencia Uno
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A principios de mes el gobierno alertó que cerca de 80 mil niños y jóvenes del país dejarían sus estudios este año, un salto pocas veces visto en el abandono de la educación chilena. La tasa de deserción escolar pasará del 1,5% al 5%, tras la crisis. Y lo que es peor: el 60% de quienes ya han dejado el colegio tienen entre 13 y 18 años.

Los motivos son varios. El éxodo de los alumnos no se da únicamente debido a la falta de clases presenciales. En ello influyen también la poca flexibilidad del sistema escolar, la necesidad de trabajar para colaborar con la economía familiar, o un formato de clases que a los jóvenes ya no les resulta atractivo.

El problema es que la deserción escolar equivale a tirar por la borda lo aprendido, la inversión económica, los subsidios y los talentos desarrollados. Es una pérdida enorme para cualquier persona y país, porque dificulta el desarrollo de habilidades sociales, conductuales y relacionales de los jóvenes, lo que tiene consecuencias cuando al ingresar al mundo laboral. Hay además un deterioro del bienestar, ya que por estar fuera del sistema estos jóvenes se quedan sin acceso a controles de salud y nutrición. El futuro les depara salarios bajos, dependencia del apoyo estatal y poca duración en puestos de trabajo.

"Los factores de riesgo asociados a la deserción escolar se potencian en circunstancias como la que estamos viviendo, tanto por factores propios del sistema educativo como por los aspectos de contexto, como los incrementos en la cesantía y el encierro", sostuvo el ministro de Educación, Raúl Figueroa, en una entrevista en Radio Cooperativa.

Avances en la mesa

Liliana Cortés, trabajadora social y directora de la Fundación Súmate -enfocada en la reinserción escolar- es parte del grupo de expertos que convocó el Ministerio de Educación para analizar y proponer medidas concretas que permitan prevenir la deserción. En julio, los doce integrantes del grupo deberán entregar una propuesta.

"Un joven que abandona el sistema educacional, es producto de un fenómeno que viene construyéndose hace varios años. Tienen acumuladas experiencias negativas de fracaso escolar, no sienten a la escuela como su espacio habitual y cuando hay suspensión larga de clases, estos elementos se exacerban", sostiene.

Y esa es la gravedad y por ende la urgencia que tiene el Mineduc para tratar este tema porque según comenta la experta es probable que sólo después de dos o tres años los jóvenes vuelvan a retomar sus estudios.

Cortés también menciona un sistema escolar a su juicio "inflexible", que funciona exclusivamente de marzo a diciembre, por lo que un estudiante que quisiera incorporarse una vez ya comenzado el año escolar debe esperar hasta el año siguiente para reingresar al sistema. "Dando señales de flexibilidad a través de asistencia semipresencial y tiempo para ponerse al día por ejemplo, se podría contener esta fuga del sistema", agrega.

Seguimiento

En el mundo educacional ya hay quienes hablan de "emergencia", porque la pandemia se está cobrando cupos en toda la educación. La formación online no ha conseguido arraigar en la educación pública, mientras que en el sector privado el reclamo por la calidad se escucha a diario.

La falta de acceso a internet o de computador también ha generado pérdida de motivación, lo que podría desencadenar en algunos casos el abandono escolar temprano.

María Paz Arzola, coordinadora del Programa Social de Libertad y Desarrollo comenta que para detener la deserción escolar es importante identificar a las personas de riesgo: "Presentan elevado ausentismo, baja participación y dificultades para incorporarse a los aprendizajes. Si a ello se suma una falta de apoyo familiar o social y una escuela que no logra integrar correctamente a ese estudiante a los aprendizajes, se trata de un escenario de riesgo que requiere de especial atención". Además agrega que la detección temprana de los indicios de deserción es clave para trabajar en estrategias e impedir que aquello ocurra.

Y ese ha sido el foco de la mesa de trabajo sobre abandono escolar, que en su tercera sesión ya se divisan los lineamientos de trabajo. Por una parte se están elaborando una serie de recomendaciones y orientaciones para retener a los jóvenes en el sistema, tales como un mayor nivel de contacto con los alumnos y medidas para hacer más atractiva la oferta educacional, permitiendo que jóvenes vuelvan a estudiar a través de becas de retención, y programas de desarrollo de habilidades.

En una reciente circular a los colegios, el Ministerio de Educación instruyó que cuando se pierda el contacto con los estudiantes, se implemente una serie de estrategias de "seguimiento", incluyendo ir a visitarlo.

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