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Compras públicas: el poder del Estado comprador

|La experiencia internacional de países de la OCDE muestra que con CPI (compras públicas de innovación) se logran importantes reducciones de costo.

Por: Carmen Gloria Solís | Publicado: Jueves 5 de abril de 2018 a las 04:00 hrs.
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La idea parece de toda lógica, pero poco se habla de las ventajas de la CPI, la Compra Pública de Innovación, la cual puede revolucionar los ecosistemas de los países donde funciona. Dejando de lado discusiones infructuosas respecto del mayor rol del Estado en el área productiva, casi ningún especialista niega el alto potencial que se genera cuando el sector público (responsable de un 20% a 40% de las compras totales en un país) comunica sus necesidades no cubiertas de manera anticipada, y un conjunto de proveedores aportan ideas nuevas para satisfacerlas. El match final es una innovación que se desarrolla a través de una plataforma tecnológica, donde el proveedor aporta ideas de solución que se plasman en los términos de referencia de las futuras compras.

Los beneficios están a la vista, como los casi US$ 16 millones anuales que ahorró el Servicio de Salud de Galicia (Sergas) mediante una plataforma digital de teleasistencia domiciliaria a enfermos, creada por proveedores de una CPI en España. Bajo este mismo instrumento, en México, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales – Semarnat- recibió 30 ideas TIC, de las cuales el 51% fueron consideradas interesantes y pertinentes a los retos previamente identificados.

En Bélgica, el Ayuntamiento de Gante redujo en un 85% la huella de carbono de los autobuses de transporte público mediante un proceso CPI. Los ejemplos de programas similares suman y siguen en América Latina, Europa, Estados Unidos y China, los cuales fueron analizados por un estudio del BID.

En Chile se realizó a comienzos de este año una consulta ciudadana, cuyos resultados se encuentran detallados en una directiva de innovación nacional. Las adquisiciones de los organismos del Estado a través del portal ChileCompra suman más de US$12 mil millones al año, esto es más de 4,2% del PIB, recursos que deben cumplir estándares de probidad, transparencia y eficiencia, tanto del punto de vista del comprador público como del proveedor del Estado.

A nivel internacional, los resultados de la CPI han entregado múltiples beneficios, produciéndose una verdadera comunicación de necesidades y capacidades tecnológicas. Entre los beneficios clave de la CPI los hay para los compradores, para los promotores de innovación, para las empresas proveedoras y para los tomadores de decisión pública.

Beneficios para todos

Entre los principales beneficios para los compradores es que consigue ahorros y mejora procesos. Caso concreto es el caso de Galicia, solución innovadora que fue probada por 846 pacientes, generando ahorros de 2.635 euros por cada uno.

En cuanto a la mejora de procesos, cuando las instituciones públicas piensan en términos de problemas y no soluciones, los compradores cuestionan de manera constante sus procesos y buscan nuevas formas de hacer las cosas, dándole valor al conocimiento que existe al interior de las organizaciones.

Entre los beneficios para los promotores de innovación está un mayor impacto frente a otros instrumentos, promover la innovación abierta y facilitar la internacionalización y el logro de más innovación.

El introducir prácticas sistemáticas de identificación de retos en las instituciones públicas compradoras y generar mecanismos para consultar al mercado sobre posibles soluciones, promueve de manera clara la innovación abierta. Ahora ya existen ejemplos inspiradores en América Latina como la Ruta N, una agencia de innovación de Medellín que ha puesto en marcha un laboratorio de innovación en el gobierno. Su objetivo es identificar retos de diez secretarías de la alcaldía de esa ciudad y compartir las posibles soluciones para llegar a determinados prototipos finales.

Para las empresas proveedoras, el principal beneficio es que abre las puertas a una pyme o startup. En este sentido, las empresas que han participado en procesos de CPI son tajantes a la hora de definir qué buscan: “compras, no subvenciones”. Según Martín Gómez, director de la empresa Bahia Software, adjudicataria de tres contrataciones de CPI en los planes de innovación del Sergas, “la CPI es una herramienta muy positiva para pymes especializadas y que asuman el riesgo. Es un proceso altamente enriquecedor como para perdérselo por los miedos. En este sentido, soy un convencido del potencial de la CPI, ya que a las pymes nos brinda la oportunidad de complementar nuestros servicios con una cartera más amplia de productos innovadores”.

Para los tomadores de decisión pública, en tanto, mejora la prestación de servicios a los ciudadanos y desarrolla la cultura de innovación en las instituciones públicas. A través del desarrollo de la CPI, las autoridades conseguirán ofrecer a sus ciudadanos mejores servicios, alcanzando así una mayor satisfacción por parte de los usuarios. Además, el introducir la CPI como una práctica sistemática dentro de las entidades públicas impacta en el desarrollo de una cultura de innovación y generación de herramientas de gestión de innovación.

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